La higiene bucal es fundamental para mantener las encías y los dientes saludables, evitando enfermedades que puedan dañarlos. Asimismo, el cepillado y el uso del hilo dental es imprescindible, pero, ¿sabías que existe un aparato que se recomienda utilizar? Se trata del irrigador bucal que complementa la limpieza de la boca.
No obstante, los irrigadores bucales que hay en el mercado suelen tener un precio alto, ¡pero no te preocupes! A continuación, te mostraremos cómo puedes hacer uno desde casa de manera fácil y sencillo, además, no gastarás el dineral y es muy efectivo.
¿Para qué sirve el irrigador bucal?
- Eliminación de restos de comida y placa bacteriana: El irrigador bucal ayuda a eliminar los restos de comida y la placa bacteriana que se acumulan en los espacios interdentales y bajo la línea de las encías, áreas donde el cepillo y el hilo dental no siempre llegan.
- Mejora la salud de las encías: El chorro de agua pulsátil masajea las encías, estimulando la circulación sanguínea y reduciendo la inflamación. Esto es especialmente beneficioso para personas con gingivitis o periodontitis.
- Limpieza de aparatos de ortodoncia, implantes y prótesis: El irrigador bucal es muy útil para limpiar alrededor de brackets, alambres, implantes dentales y prótesis, donde los restos de comida y la placa bacteriana pueden acumularse con facilidad.
- Prevención del mal aliento: Al eliminar los restos de comida y las bacterias, el irrigador bucal ayuda a prevenir el mal aliento.
¿Cómo hacer un irrigador bucal en casa?
Para hacer el irrigador casero solo necesitas una jeringa grande, la aguja (le vas a quitar el filo) y un pequeño tubo que debe de ir conectado. Esto hará la misma función del irrigador, pero te saldrá más barato.
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Hacer el irrigador casero es más fácil de lo que creías, además mantendrás tus dientes y encías saludables sin gastar tanto. ¡Inténtalo de una vez por todas!