Taste Atlas nombra a la torta ahogada como uno de los mejores 'sándwiches' del mundo. La torta, un platillo emblemático de México, ha sido reconocido como el octavo mejor sándwich del mundo según la plataforma culinaria Taste Atlas.
Esta distinción es un testimonio de la rica gastronomía mexicana y la versatilidad de la torta, que puede disfrutarse en cualquier momento del día.
Dentro de la variedad de tortas que se ofrecen en México, la torta ahogada de Guadalajara destaca por su singularidad. Esta especialidad jalisciense se caracteriza por su pan empapado en una salsa especial y su estilo único, que solo se logra con ingredientes originarios de la región.
La torta ahogada nació en la mitad del siglo XX y se compone de un pan llamado "birote salado", que debe su textura crujiente y suave al agua y la humedad de la región.
Te podría interesar
¿Cómo se prepara una torta ahogada?
El birote se rellena con trozos de carnitas, carne de cerdo frita en una cacerola de cobre, y puede incluir frijoles refritos como base.
La preparación de la torta ahogada culmina con el baño de una salsa de tomate rojo y especias, generalmente caliente, y un toque de salsa picosa al gusto del comensal. Esta combinación de sabores y texturas ha convertido a la torta ahogada en una de las delicias más apreciadas de la gastronomía mexicana.
Daniel Pimentel es dueño de las ‘Tortas Dany’, unas de las más reconocidas de la ciudad y de las más recomendadas en Taste Atlas, que en 2024 nombró a Guadalajara como la mejor urbe de Latinoamérica para comer.
El hombre dijo a EFE que su receta nació con la experimentación y ha permanecido intacta desde hace 36 años.
“Yo solo aprendí, me costó trabajillo, pero igual tenemos clientes de mucho tiempo y gracias a Dios vienen y dicen: siguen igual. (En una torta) debe estar bueno todo: la carnita, la salsa, el chile, el pan, todo tiene que ser bueno, aquí el pan es recién salidito (del horno)”, declaró.
¿Por qué se llama torta ahogada?
La torta ahogada se llamó de tal manera porque en su origen el pan se sumergía únicamente en la salsa picosa elaborada con chile yahualica, endémico de la región, ajo y otras especias.
El gusto del público hizo que los torteros comenzaran a ofrecer cada vez más la presentación con salsa de tomate o salsa dulce, como se le conoce, "para que el impacto no fuera tan fuerte”, describió Esquivel.
“Muchos torteros hemos variado bastante para tratar de vender, porque ya habíamos demasiados, las originales he escuchado que dicen que era puro chile, hay mucha gente que no les gusta mucho con picante, y poco a poco ya servimos una salsa de jitomate y la otra picante”, explicó.
Esto hizo que el platillo se popularizara entre quienes viven en la ciudad y también se convirtiera en un remedio para quitar la resaca.
“Después de una buena desvelada, de que se tomó unos tragos, vienen (a desayunar) y sí ayuda bastante, asienta mucho el estómago, es muy socorrida la torta ahogada entre la gente que viene de fuera y les encanta”, afirmó.