Los árboles son un gran aliado para embellecer tu hogar y combatir la contaminación. Si estás pensando en plantar uno, te contamos sobre tres árboles floridos de mucho sol y poca agua para tu jardín o vereda.
Tener un árbol en casa puede ser la mejor solución para combatir los estragos del cambio climático que cada día se siente más fuerte con los abruptos cambios de clima, las lluvias torrenciales y las altas temperaturas que siguen rompiendo récords. Y es que estos te permite refrescar tu hogar y purificar el aire que respiras.
Árboles floridos que necesitan mucho sol y poca agua
Si vives en un lugar donde hace mucho sol y buscas un árbol que pueda cubrirte con sus sombra, pero que no tengas que regar con tanta frecuencia, estos tres son para ti:
- Lapacho rosado
Se trata de un árbol nativo que puede crecer hasta 30 metros de altura y tiene una copa semiglobosa con vistosas flores rosadas que aparecen a finales del invierno, entre los meses de enero y febrero. Este requiere estar a pleno sol para crecer y ser regado con frecuencia durante la sequía.
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- Tecoma Stans
Otro árbol nativo ideal para plantar es el Tecoma Stans, mejor conocido como tronadora o timboque. Este destaca por sus hermosas flores amarillas en forma de campana y porque puede alcanzar hasta los 8 metros de altura. Se trata de una especie que necesita de sol para crecer y es capaz de resistir sequías ya que sólo necesitas regarlo cada 3 o 5 días en esta temporada. Tiende a florecer en verano y es de rápido crecimiento.
- Acacia de Constantinopla
Este árbol también conocido como acacia de flores sedosas? o acacia de Constantinopla pude crecer hasta 15 metros de altura, tiene hojas de color verde vivo y están formadas por pequeñas hojitas oblicuas. Aunque sus flores no tienen pétalos, estas presentan muchos estambres de color blanco y rosa que surgen durante el verano y el otoño.
¿Cuál es la importancia de plantar un árbol?
Los árboles ofrecen diversos beneficios a la humanidad, ya que tienen la capacidad de producir oxígeno, purificar el aire, formar suelos fértiles, evitan la erosión, mantienen los ríos limpios, captan agua para los acuíferos y sirven como refugio de fauna.
Estos también son capaces de reducir la temperatura del suelo, propician el establecimiento de otras especies, regeneran los nutrientes del suelo y mejoran el paisaje.
Además son un gran aliado contra el cambio climático, ya que tienen la capacidad de disminuir el efecto invernadero a través de dos procesos relacionados al ciclo del carbono, la fijación o captura de carbono y la reducción de emisiones debidas a la deforestación y degradación forestal.