La lavanda es una planta aromática con origen en el Mediterráneo, que se ha popularizado como planta de ornamento en jardines e interiores, gracias a sus flores de tonos morados. Sin embargo, como otras plantas puede verse en problemas y comenzar a morir, pero para eso los jardineros tienen trucos que ayudarán a que reviva y vuelva a florecer.
De acuerdo con el sitio Consumer.es, existen más de 30 especies de lavanda, todas pertenecientes a la familia de las lamiáceas.
Si algo caracteriza a esta planta son sus flores perfumadas en forma de espigas de color lila azulado. La época de floración varia según la especie, aunque por lo general alcanza su máximo esplendor entre la primavera y el verano.
Uno de los cuidados principales cuando la floración llega a su fin, es realizar una poda.
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Se trata de una planta muy resistente, que necesita mucha luz y sol directo; en invierno soporta bien las heladas.
Otro consejos de los profesionales para mantenerla sana, es regar evitando mojar las ramas y las flores, porque existe el riesgo de que proliferen hongos que las puedan dañar.
Por qué se puede morir una lavanda
Los expertos en jardinería coinciden en que las lavandas pueden secarse y morir por varias razones, por lo que es necesario prestar atención a los signos y si se trata de una planta de interior o exterior.
Como la lavanda procede del Mediterráneo, necesita mucho sol, de seis a ocho horas al día, por lo que si se muestra apagada podría tratarse de falta de luz.
El sitio EcoInventos también advierte que algunas personas pueden pensar que su planta se está muriendo cuando en realidad está inactiva, un letargo que se produce cuando las temperaturas se enfrían y hay menos luz del sol.
Mientras que una lavanda que se está secando no tendrá signos de color verde, sino que las ramas estarán marrones y huecas.
Cómo revivir una planta de lavanda: trucos
La página Mariem,es, especializada en lavandas, explica que existen algunos trucos que pueden ayudar a revivir una lavanda, como:
- Agua, con medida: se recomienda regar la planta al notar que la tierra está seca, pero sin ahogarla.
- Inundación de luz: lo mejor será buscar un lugar donde reciba luz natural, sin estar todo el día bajo el sol abrasador.
- Drenaje: aconsejan asegurarse de que la tierra en la que está plantada no retenga demasiada agua.
- Poda: una buena poda ayuda a que la planta se renueve.
Por su parte, EcoInventos explica que si se sospecha que la raíz está podrida, se deberán podar las raíces infectadas y volver a plantar la lavanda en un suelo que drene bien. Además, asegurarse de que reciba de seis a ocho horas de sol y podar la planta de un tercio a la mitad antes de que empiece el nuevo crecimiento.