Si es muy feo que le duela la cabeza a una persona, imagínate a una mascota. Aunque no lo creas, los perros también tienen dolores en la cabeza y no muchos se dan cuenta.
Eso lo vas a notar cuando tengan un comportamiento extraño, porque puede ser que lo veas normal, pero como es una mascota que no lo expresa, no llegas a enterarte de lo que le sucede.
Por esa razón te diremos cómo darte cuenta y qué puedes hacer para que a tu lomito ya no le duela la cabeza.
¿Cómo saber si a tu perro le duele la cabeza?
Una persona puede hacer referencia al dolor de cabeza que tiene por el sol, deshidratación o algún malestar, pero en los perros es un misterio para su dueño.
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Es por eso que este dolor invisible lo pueden tener y tú ni siquiera estás por enterado y “Wendela Bicker Caarten” menciona que este mal puede tenerlo por lo siguiente:
- Estrés
- Collar muy apretado
- Mucha actividad física (correr con el perro)
- Peleas y discusiones en familia
- Viajes en el coche o avión
- Cambios hormonales (día de celo)
Algunos de los síntomas que el dueño puede presenciar, para detectar si el perro tiene dolor de cabeza, son:
- Reactividad cuando los tocas, especialmente en la cabeza o en el cuello.
- Comportamiento defensivo si te acercas, se hacen para atrás o echan las orejas atrás.
- Estado de ánimo indiferente, torpe o poco responsivo
- Cabeza baja
- Dolor cuando jalas del collar o cuando los quieres cepillar
- Están irritables o más asustadizos
- Se esconden o buscan lugares oscuros con poco ruido
- Fatiga extrema y falta de coordinación
Las causas pueden ser muchas, no hay una forma al 100 por ciento para saber si en realidad tiene dolor y todo depende de la salud de cada perro.
Si notas estos síntomas en tu perro, entonces puedes usar tratamientos alternativos que no implica medicación, que son los siguientes:
- Un masaje relajante: para que los músculos del cuello se relajen y no le duelan.
- Cambio de collar: Recomendamos un arnés para ver si mejora.
- Revisión dental: puede que tenga un diente con caries que le cause dolor.
- Acupuntura: un gran remedio para humanos que también puede servir con los perros.
- Flores de Bach u homeopatía: consulta con un experto y te diga cuáles y en qué dosis.
Si detectas uno de estos síntomas, también puedes llevarlo al veterinario y preguntarle por alguno de los tratamientos alternativos, esto con el fin de que tu mascota no tenga dolores y siga jugando.