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¿Hace daño la espuma del caldo de pollo y cómo quitarla?

¿Es bueno o malo? Esto es lo que pasa cuando consumes esa ‘capita blanca’ que recubre el caldo de pollo a la hora de cocerlo. Te contamos.

¿Qué es y por qué se forma una espuma blanca en el caldo de pollo? Esto sabemos. Créditos: Freepik
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En la cocina existen un sinfín de mitos y creencias alrededor de un ingrediente en específico, el pollo. Y seguro en más de una ocasión te has cuestionado si es cierto que se debe lavar, que la piel es mala para la salud, que no se debe comer durante el embarazo, que contiene una gran cantidad de hormonas, entre otras.

Pero en esta ocasión te explicaremos que es esa ‘espuma blanca’ que sale al momento de la cocción y si es bueno o malo ingerirla.

¿Qué pasa si no quitamos la espuma del caldo de pollo?

Créditos: Freepik

Cuando preparamos caldo de pollo, es común observar una espuma blanca o incluso grisácea que se forma justo en la superficie al momento de la cocción. Y esto ha generado asco, curiosidad y sobre todo incertidumbre sobre si se debe consumir o si hace algún daño a la salud.

Pero… ¿realmente hace daño la espuma del caldo de pollo?

Esta espuma o capita blanca es el resultado de exponer a altas temperaturas la carga de proteínas que contiene el pollo, así, estas y algunas impurezas se liberan, manifestándose de esta forma.

Y respondiendo a la pregunta inicial, no, no representa ningún riesgo para la salud. Sin embargo, algunos expertos en cocina, nutrición y seguridad alimentaria coinciden en que es mejor retirarla para no afectar el sabor ni la apariencia del caldo o fondo.

¿Cómo quitarla?

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Reconocidos chefs como José Ramón Castillo, ha mencionado en varias ocasiones a través de redes sociales o del famoso programa MasterChef México, que lo ideal es darle una primera cocida o blanqueada durante 5 minutos para después cambiar el agua y cocinar un nuevo caldo. De esta forma, evitas que se forme en un principio y que no te quede de un color marrón u obscuro.

O bien, también puedes dejar un rato el pollo en agua fría para que suelte todas las impurezas, grasa o sangre. Y en caso de que aun así se forme, puedes quitarla al final con ayuda de una cuchara o colador.

Así que ya lo sabes, más allá de un tema de salud, un caldo limpio siempre es mucho más apetecible, tiene un sabor más puro y una textura más suave, lo que resulta ideal para sopas, guisos o consomés. - Con información de Directo al Paladar México.