Faltan unas semanas para que llegue el Día de Muertos; sin embargo, en muchas panaderías ya podemos ver el delicioso pan de muerto. Una de las versiones incluye 'ceniza', pero... ¿sabes qué tan recomendable es consumirlo? Aquí te contamos.
Este tipo de pan incorpora un ingrediente que simula ceniza, el cual ha provocado dudas entre muchas personas, pero debes saber que su origen es bastante seguro e incluso puede aportar una serie de beneficios a tu organismo.
¿Qué lleva el pan de muerto con ceniza?
De acuerdo con la panadería Lecaroz, el secreto detrás de la elaboración de este pan se encuentra en un ingrediente: hojas de maíz, también conocidas como totomoxtle.
Las hojas de maíz deben tatemarse en comal o tostarse en horno hasta convertirse en cenizas, lo que les brindará un olor característico.
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"Una vez que se tienen las cenizas, se muelen y mezclan con azúcar para obtener la cobertura negra del pan de muerto de totomoxtle. Además de brindar este color particular, el maíz quemado añade un sutil aroma y sabor ahumado que enriquece la experiencia al degustar este pan", explica.
¿Cuáles son los beneficios del totomoxtle?
El totomoxtle, que es la hoja seca del maíz, ofrece múltiples beneficios para la salud, aunque pocas personas los conocen.
Según la panadería Lecaroz, el totomoxtle es rico en antioxidantes y fibra dietética, lo que contribuye a una buena digestión y al funcionamiento saludable del sistema digestivo.
Además, el sitio especializado Sabor de México destaca que el totomoxtle también tiene propiedades que fortalecen el sistema inmunológico y ayudan a combatir la inflamación. Estos beneficios lo convierten en un ingrediente nutritivo que puedes ingerir en el pan de muerto con toda la tranquilidad.
¿Cuál es el origen del pan de muerto?
El pan de muerto, tan característico de las celebraciones del Día de Muertos en México, tiene sus raíces en las culturas prehispánicas. En las ofrendas dedicadas a los difuntos, se acostumbraba ofrecer "panes" de diversas figuras, como mariposas o rayos, conocidos como xonicuille, los cuales estaban hechos a base de amaranto. Otro tipo de "pan" utilizado en las ofrendas era el pan ázimo, una preparación de maíz seco y tostado.
El equivalente al actual pan de muerto podría ser el huitlatamalli, una especie de tamal. Durante las ceremonias también se elaboraba el papalotlaxcalli o "pan de mariposa". Este pan prehispánico, exclusivo de las ceremonias funerarias, tenía la forma de una tortilla en la que se imprimía un sello de mariposa antes de cocerla y pintarla con colores vivos. A lo largo de los siglos, estas tradiciones evolucionaron hasta llegar al pan de muerto que conocemos hoy.
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