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¿Qué significa "don" y a quién se le decía así originalmente? Te sorprenderás

El uso de la palabra "don" tiene un significado muy especial a lo largo de la historia y regularmente se usa con respeto.

Hace aproximadamente 500 años se le decía "don" o "doña" a la más alta nobleza, pero mucho antes su uso era una dignidad que ni a ellos se les ponía. Créditos: Pixabay
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La palabra "don" se suele usar como una manera de mostrar respeto hacia determinadas personas, aunque en la actualidad se ha generalizado a buena parte de la población. Pero hace muchos años su uso era sumamente restringido e incluso en su origen no se usaba para la gente. Te contamos. 

Y es que tras la conquista de América sólo los reyes podían conceder ese nombramiento a ciertas personas y en contadas ocasiones, como a Cristóbal Colón, a los conquistadores Hernán Cortes, Diego de Almagro o Francisco Pizarro, quien fundó Lima y también gobernó la Nueva Castilla. 

Incluso se llegó a asemejar con un título de la nobleza más elevada en el Perú del siglo XVI de nuestra era y también se le decía "doña" a las mujeres principales, de acuerdo con el historiador James Lockhart. 

Hacia el XVII se les dio el nombramiento de "don" a quienes recibían distinciones significativas, como los hábitos de las órdenes militares, o llegaban a cargos relevantes; además se designaba así a los caciques y a las personas autóctonas que se consideraban entre las principales. 

¿A quién se le decía "don" en un inicio y qué significa la palabra?

La palabra "Don" tiene su origen en el latín dominus y significa "señor" y como el Señor que se ha considerado como el principal es Dios, sólo a Él se le decía así en un inicio, de acuerdo con el genealogista Prudencio Bustos Argañaraz. 

Posteriormente se nombraba así a los santos, luego a los papas, a los reyes y a sus familiares más cercanos, seguidamente a los obispos y finalmente a la alta nobleza desde aproximadamente el siglo XIV al XVI. 

Ya para mediados del XVIII todas las personas de clase alta lo usaban y, ya avanzado ese siglo, quienes tenían un buen nivel social también lo comenzaron a adoptar. 

En la actualidad decirle a alguien "don" o "doña" sigue siendo una señal de respeto en buena parte de América Latina, salvo en Argentina, donde en algunos casos incluso tiene un sentido negativo si se usa antes del apellido y omitiendo el nombre. 

De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), también en el uso coloquial se puede utilizar la palabra para dar un énfasis irónico o de burla, por ejemplo: "don perfecto" o "doña calores".  _Con información de Prudencio Bustos Argañaraz