Los gatos son conocidos por ser mascotas sumamente limpias e independientes; no obstante, incluso los más cuidadosos necesitan ayuda para mantener limpias las orejas, una de las partes de su cuerpo que suele ser más sensible y que más utilizan.
En primer lugar, es crucial tener en cuenta que no se deben limpiar las orejas de un gato a menos que el veterinario lo indique, según lo advierte la asociación benéfica del Reino Unido, People's Dispensary for Sick Animals.
Las consecuencias de no limpiar las orejas de tu gato
Si los gatos no reciben limpieza cuando sus orejas están sucias, pueden acumular suciedad, cerumen y otros residuos que, con el tiempo, pueden desencadenar infecciones, malos olores y otros problemas de salud.
Además, debes contar con una serie de productos específicos para llevar a cabo la limpieza de manera efectiva. Estos pueden incluir una toalla, un limpiador de oídos especial para gatos, algodón, guantes y algún tipo de premio.
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Cómo limpiar las orejas de los gatos
- Coloca a tu gato en una posición cómoda, ya sea sobre tu regazo o en una mesa.
- Levanta la oreja del gato y examina su interior. Si observas suciedad, cerumen u otros residuos, procede al siguiente paso.
- Aplica una pequeña cantidad del limpiador de oídos en la base de la oreja.
- Masajea suavemente la base de la oreja durante unos 30 segundos.
- Usa un hisopo de algodón para limpiar con delicadeza la suciedad y el cerumen del oído.
- Repite los pasos 3 a 5 en la otra oreja.
- Seca las orejas de tu gato con una toalla.
A continuación un ejemplo de la organización especializada.
Recuerda, la limpieza de las orejas de un gato debe realizarse con precaución y solamente cuando sea necesario según la recomendación de un veterinario.