Una costumbre que ha perdurado por muchos años en la cocina de la mayoría de los mexicanos, y probablemente en otros lugares del mundo, es la idea de que debe lavarse el pollo antes de cocinarlo.
Esta idea no podría estar más alejada de la realidad, pues lo ideal es que no pasemos dicha proteína por el agua, ya que lejos de ser algo benéfico, podría resultar en todo lo contrario.
El chef Heinz Wurth, que tiene una cuenta en Instagram donde se dedica a aclarar mitos de la cocina, explicó que lo ideal es no lavar el pollo debido en que la superficie hay microorganismos, tales como las salmonelas y campylobacter, que al tocar el agua, “saltan” sobre la superficie.
“El problema es que se expande por las salpicaduras del rededor, y es un gran riesgo de contaminación”, mencionó el experto y agregó que no importa si se hace en el lavadero o cualquier otro recipiente, o en su caso si usas vinagre o jugo de limón.
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La forma correcta de lavar el pollo
Heinz Wurth contó a sus casi 900 mil seguidores que la manera correcta de lavar el pollo es con papel húmedo. Así como lo lees, si quieres asegurarte de que esta carne no tenga ninguna bacteria, solo debes pasar el papel mojado por toda la superficie.
Después no te olvides de lavarte las manos correctamente, para evitar contaminación cruzada, y ahora sí, puedes preparar el pollo de la forma en que más lo prefieras.