El dolor de cabeza es uno de los malestares más recurrentes en el mundo moderno, pero suele agravarse cuando no se identifica el tipo de dolor y sus causas. Y es que muchas personas no saben muy bien ¿cómo diferenciar entre un dolor de cabeza y una migraña?
Aunque el dolor de cabeza suele ser más intenso cuando se trata de una migraña, existen otros factores que pueden ayudarte a identificar si padeces esta afección.
¿Cómo saber si es dolor de cabeza o migraña?
A diferencia de un dolor de cabeza, la migraña suele causar un dolor pulsátil intenso o sensación pulsante generalmente de un sólo lado de la cabeza, de acuerdo con la Clínica Mayo. Además, esta suele estar acompañada de otros síntomas como:
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- Náuseas
- Vómitos
- Sensibilidad a la luz y al sonido
Pero eso no es todo, pues algunas personas experimentan un síntoma de advertencia conocido como aura que ocurre antes o con el dolor de cabeza, el cual puede incluir alteraciones visuales como destellos de luz o puntos ciegos, así como hormigueo en un lado de la cara, el brazo, la pierna y hasta dificultad para hablar.
Además, algunas personas experimentan estreñimiento, cambios de estrado de ánimo, antojos de comida, rigidez en el cuello, aumento de la cantidad de micciones, retención de líquidos y bostezos fuertes.
Estos síntomas pueden aparecer como parte de la primera etapa de la migraña a la que se denomina pródromo y a la que suceden el aura, ataque y pósdromo.
Los ataques pueden durar de horas 4 a 72 horas si no se tratan y su frecuencia depende de cada personas. Una vez que ha terminado el ataque, los afectados suelen experimentar el pósdomo, en el que los pacientes suelen sentirse agotados, confundidos y sin fuerzas.
Los especialistas recomiendan asistir al médico si estas ocurren de manera frecuente y se consideran crónicas cuando ocurren por 15 o más días al mes por más de tres meses.
Aunque la causa de la migraña aún no se conoce con exactitud, los especialistas creen que podrían relacionarse con los antecedentes familiares, el sexo y la edad, ya que son más frecuentes en mujeres. Además, ciertos factores como el estrés, ansiedad, cambios hormonales, luces brillantes, ruidos extremos, entre otros, pueden desencadenarla.