Lavarse los dientes después de cada comida por al menos 3 veces al día es indispensable para tener una boca saludable. Sin embargo, esto no es suficiente para evitar que los gérmenes se establezcan en la boca, además del hilo dental, el enjuague bucal y las visitas al dentista, es importante cuidar los cepillos. De ahí parte la duda de muchos sobre si es bueno o no colocarle tapas para “evitar” que se contaminen.
De acuerdo con expertos, si el cepillo de dientes no se cuida de forma adecuada, podría albergar gérmenes, incluyendo bacterias intestinales y gérmenes fecales. Sí, no es broma. “La mayoría de los cepillos se guardan en los baños, que hace que estén expuestos a microorganismos intestinales”, advirtió la doctora Maria Geisingr, profesora de periodoncia de la Escuela de Odontología de la Universidad de Alabama, en una publicación recuperada por el medio británico BBC.
Si bien la tapa ayuda a evitar que los microorganismos del baño se introduzcan con facilidad en las cerdas del cepillo, esto no es recomendable por la Asociación Estadounidense Dental, y tampoco por Geisingr.
Esto se debe a que, al estar encerrado en este contenedor, que a menudo es de plástico, se crea un ambiente húmedo en el interior y es más propenso a que crezcan microorganismos.
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Entonces, la manera correcta sería guardarlos de forma vertical, separados unos de otros para evitar “la contaminación cruzada” y dejarlos secar hasta el siguiente uso. Asimismo, antes de su siguiente uso, se sugiere enjuagarlos con agua potable o enjuague bucal antimaterial.
Cabe mencionar que la vida de un cepillo es de entre los 3 y 4 meses, aunque muchos especialistas recomiendan cambiarlo cada 2 meses. La doctora también aconsejó cambiar el cepillo de dientes en caso de haberse enfermado.