Lavarse los dientes es una práctica fundamental para mantener una buena salud bucal y prevenir enfermedades. Aunque desde temprana edad se enseña a los niños a lavarse los dientes tres veces al día, muy pocas veces se aclara la razón de esta rutina y qué sucedería si lo hacen por más ocasiones.
Algunas personas no le dan la debida importancia a esta tarea diaria, por lo que acumulan una placa bacteriana en los dientes y encías, lo que provocaría la caries, gingivitis, periodontitis y otros problemas. Otros, sin embargo, exageran y se cepillan más de tres veces creyendo que podrían evitar estas baterías aún más, pero no es así.
¿Cuál es la importancia de lavarse los dientes?
De acuerdo con la Asociación Dental Americana, se recomienda cepillarse los dientes al menos dos veces al día con pasta de dientes con flúor durante dos minutos en cada ocasión. Lavarse los dientes después de cada comida ayuda a eliminar los alimentos y la placa, una capa que se genera en los dientes y es blanda y pegajosa, y contiene bacterias.
En caso de que no se cepillen de manera adecuada, el ácido puede descomponer el esmalte dental y, por lo tanto, comienzan las caries. Otras enfermedades comunes son por la acumulación de sarro en las encías que podría provocar inflamación.
Te podría interesar
Aunque advierten que hacerlo de inmediato después de comer algo ácido no es una buena idea, ya que este tipo de alimentos debilitan el esmalte dental y cepillarse pronto podría eliminarlo.
Por qué no deberías lavarte los dientes más de 3 veces al día
En cuanto a la razón por la que no se recomienda lavar los dientes más de lo debido, el portal especializado de la Clinica Noguerol indica que hacerlo podría alterar la microflora bucal e irritar las encías, así como secar la membrana mucosa. Otra indicación que subrayan es cambiar el cepillo de dientes cada 2 o 3 meses, ya que guardan bacterias con el paso del tiempo.
Además del cepillado, existen otras maneras de mantener sanos los dientes y las encías. Algunas recomendaciones son
- Usar hilo dental
- Usar enjuague bucal
- Beber mucha agua
- Seguir una dieta saludable
- Evitar los bocadillos frecuentes
- Acudir a chequeos dentales de manera regular