Aunque el limón nació en Asia y los españoles lo introdujeron al país, es una fruta que no puede faltar prácticamente en ningún platillo mexicano.
Los mexicanos le echamos limón a los tacos, ensaladas, frutas, sopas, caldos, carnes, pescados, mariscos, tequila, cerveza, agua y hasta a las heridas.
Se desconoce la razón exacta por la que le ponemos limón a todo; sin embargo, existe una teorías al respecto, la cual está relacionada con el sabor.
Resulta que el jugo de limón intensifica los sabores de otros ingredientes; por lo tanto, si le echamos a la comida, existe la garantía de que sabrá mucho mejor.
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"Si le echas limón a cualquier platillo, es verdad que sabe más rico", asegura el Museo Universum de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Otra razón por la que probablemente los mexicanos somos amantes del limón, es que supuestamente contrarresta la intensidad del picante.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural; en México, una persona llega a consumir un promedio de 14 kilos de limón al año.
¿Qué beneficios tiene el limón?
El limón aporta una gran cantidad de vitamina C, la cual ayuda a la producción de colágeno; además, tiene la propiedad de mejorar la cicatrización, de ahí que algunas personas suelen echarle limón a las heridas, y la función del sistema inmunitario.
Por otra parte, la vitamina C de la fruta en cuestión tiene una gran capacidad antioxidante, que colabora a neutralizar sustancias cancerígenas, como la nitrosaminas, explica Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) de España.
Diversos estudios han mostrado que las personas con altas ingestas de vitamina C tienen un menor riesgo de desarrollar otras enfermedades crónicas, como enfermedad cardiovascular, cataratas o enfermedades neurodegenerativas.
El MAPA también resalta que el jugo de limón no es lo único bueno de esta fruta, ya que su corteza contiene limonoides; es decir, fitonutrientes que contribuyen a la prevención de algunos tipos de cáncer.
Además, tanto la capa blanca que se encuentra debajo de la corteza del limón, como la pulpa, presentan flavonoides (citroflavonoides), a los que se han atribuido propiedades antiinflamatorias.
Así que el limón no solo mejora el sabor de los alimentos, también es bueno para la salud; sin embargo, al ser ácido, puede afectar a las personas que padecen gastritis.
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