Sor Juan Inés de la Cruz no solo escribió poemas, también un recetario, ya que durante su estancia en el convento de San Jerónimo descubrió su pasión por la cocina.
Juan Inés de Asbaje Ramírez de Santillana, nombre real de la escritora, tomó los hábitos impulsada por su necesidad de conocimiento, al cual no tenían derecho las mujeres de su época.
Sin embargo, en el convento también fue limitada; se dice que fue designada al área de las cocinas, con la intención de disuadir su interés por la literatura, pero despertó aún más su curiosidad.
La autora de "Hombres necios que acusaís a la mujer" mostró un gran entusiasmo por la cocina, así como una impresionante capacidad observación y análisis, gracias a la cual escribió un recetario.
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En su recetario, Sor Juan Inés de la Cruz detalló con precisión y meticulosidad los procedimientos de varios platillos y postres; además, le agregó un toque poético.
"La descripción de los platillos logra dar un claro ejemplo de la cocina propia del periodo novohispano del siglo XVII, la cual consistía en una mezcla de elementos de la cocina española, arabe, náhuatl entre otras", señala en su portal la Secretaría de Gobernación.
Entre algunas de las recetas que escribió Juana Inés de Asbaje se encuentran: buñuelos de queso, turco de maíz cacahuazintle, jericaya, torta de arroz, guisado prieto, purín de espinacas y manchamanteles.
¿Qué platillos preparaba Sor Juana Inés de la Cruz?
Una de las recetas que preparaba la poetisa era el manchamanteles, el cual cocinaba de la siguiente manera, según su recetario:
"Chiles desvenados y remojados de un día para otro, molidos con ajonjolí tostado y frito todo en manteca, echarás el agua necesaria, la gallina, rebanadas de plátano, de camote, manzana y su sal necesaria", dice la receta del manchamanteles.
La escritora también hacía buñuelos de queso con estos pasos: "Seis quesitos frescos, una libra de harina, una mantequilla de a medio derretida y el queso molido. Se aplanan después de bien amasados con palote, se cortan con una taza y se fríen".
Otra de las recetas de Sor Juana Inés de la Cruz era la jericaya, que preparaba así: "Se endulza la leche hervida. A una taza de leche, 4 yemas, se revuelven y echan en la taza, se pone a hervir dentro de agua con un comal encima, y para conocer si está, mete un popote hasta que salga limpio. Después echa canela".