La chuleta ahumada es un alimento derivado del cerdo, que puede prepararse con salsas agridulces o simplemente frita, acompañada con puré de papa, platillo clásico de las fondas de la Ciudad de México (CDMX).
Además de ser rica en sabor, la chuleta ahumada lo es en nutrientes y es baja en grasa, contrario a lo que se podría pensar, al ser un producto de origen porcino.
El alimento en cuestión es una fuente de proteínas, las cuales ayudan al cuerpo a recuperar células y producir nuevas; además, es importante para el crecimiento y desarrollo de los niños, adolescentes y mujeres embarazadas.
Por otra parte, cuenta con vitaminas del complejo B, como tiamina y niacina, que aportan energía al cuerpo y colaboran a la formación de glóbulos rojos.
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Sumado a lo anterior, la chuleta ahumada contiene zinc, que ayuda al sistema inmunitario a luchar contra las bacterias y los virus que lo atacan; además, el cuerpo lo usa para producir ADN.
¿Que le inyectan a la chuleta ahumada?
La chuleta ahumada es un corte de cerdo, que se obtiene del lomo, que pasa por un largo proceso para poder a llegar a la mesa tal como la conocemos.
En primer lugar, el lomo se lava perfectamente, para retirar la sangre; después, "se desgrasa con todo y cuero, y se retira la parte alta de las costillas que se encuentran en el lomo", de acuerdo con un grupo de carniceros.
La salmuera que se inyectada a la chuleta ahumada contiene agua, sal de mesa, azúcar, amine -compuesto químico-, sal cura y condimento California.
Dichos ingredientes se echan en el agua y mezclan; luego, la salmuera es llevada a refrigeración y cuando obtiene de 0 a 4 grados, se inyecta en la carne, proceso que se hace durante cinco días.
Una vez concluida la inyección de la carne, ésta se enjuaga y envuelve en una bolsa de plástico, y se cuece en un caso con agua hirviendo durante dos horas.
Al final, la chuleta se mete al ahumador, el cual contiene aserrín y papel, y se deja reposar durante 24 horas; después de dicho tiempo, la chuleta ahumada está lista.