Los emperadores Maximiliano de Habsburgo y Carlota trajeron a México algunos de sus platillos favoritos, mismos que les preparaban durante su estancia en el Castillo de Chapultepec; sin embargo, también llegaron a enamorarse de algunas preparaciones mexicanas.
El libro "Maximiliano íntimo. El emperador Maximiliano y su corte" de José Luis Blasio da testimonio de los platillos que solían consumir los últimos emperadores del país.
Durante el desayuno, que se servía a las 7:00 am, Maximiliano y Carlota tomaban chocolate de agua y un par de piezas de pan vienés.
En tanto, en el almuerzo, a las 9:00 am, comían consomé de knödeln; es decir, caldo con albóndigas de hígado de ternera, o crepas de quesos, acompañadas con coñac.
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A la hora de la comida, los emperadores comenzaban con ensaladas con frutas de temporada, entre primavera y verano; en tanto, en otoño e invierno la entrada era sopa o consomé.
Para el plato fuerte, los gobernantes del llamado Segundo Imperio mexicano degustaban diferentes tipos de carne, como de lechón, ternera, carnero y aves de caza.
Sin embargo, al estar en México, era inevitable que probaran alimentos mexicanos o hicieran combinaciones gastronómicas con productos del país.
De acuerdo con el texto de José Luis Blasio, los platillos favoritos de Maximiliano eran los chiles rellenos de queso y las crepas de huitlacoche; además, le tomó gusto al adobo de chiles secos, moles y pipianes, así como a las tortillas de maíz y hasta al pulque.
¿Cuántos hijos tuvieron Carlota y Maximiliano?
Maximiliano y Carlota se casaron en 1857; es decir, llevaban siete años juntos cuando llegaron a México. A lo largo de este tiempo, no tuvieron hijos, pero a su llegada al país, adoptaron a dos personas, que eran nietos de quien fuera el primer emperador, Agustín de Iturbide.
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