La leche es una de las bebidas favoritas de chicos y grandes, ya que sirve como base para preparar deliciosos postres, bebidas, malteadas y platillos. Sin embargo, beberla en exceso podría darte un gran susto como sucedió en este caso que alarmó a las redes sociales.
Fue en noviembre de 2022 cuando se dio a conocer el caso de Johnny Donovan, un pequeño de dos años originario de Oregón, Estados Unidos, quien comenzó a presentar diversos síntomas que llevaron a sus doctores a pensar que tenía leucemia.
Y es los padres del pequeño comenzaron a notar que Donovan dormía más que los demás niños y que casi siempre estaba de mal humor. Además, tenía pálida la piel,
Sin embargo, Laura Donovan, y su esposo, pensaron que su mal carácter era parte de su personalidad y atribuyeron su palidez a la herencia genética de la familia que tenía ascendencia irlandesa por lo que no le tomaron mayor importancia.
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No obstante, al acudir al pediatra el especialistas les informó que esto no era normal y pidió un par de análisis de sangre para conocer la causa de los síntomas.
Los exámenes revelaron que Johnny tenía anemia, pues los niveles de hemoglobina en su sangre eran de 4,5 y 5,6, cuando lo normal sería de 10,9 y de 15.
El doctor temía que se tratara de cáncer en la sangre, pero al investigar más sobre el caso se enteró de que el niño bebía de 30 a 40 onzas de leche al día, es decir, de 800 mililitros a 1.2 litros al día; casi lo doble de lo que recomiendan los profesionales que es de 16 a 24 onzas diarias (de 400 a 700 mililitros). De esta forma determinó que se trata de una sobredosis de leche.
Y es que beber leche de vaca en exceso dificulta la capacidad del cuerpo para absorber el hierro, lo que genera deficiencia de este mineral y provoca síntomas como agotamiento, piel pálida, irritabilidad, latidos cardíacos acelerados, falta de apetito, dificultad para respirar y mareos.
Incluso, la anemia de Jhonny se agravó al punto de causarle un soplo en el corazón, pero tras descubrir la causa el pequeño fue puesto en tratamiento y un mes y medio después logró mejorar,
El caso tomó relevancia porque la madre del menor confesó que nunca se imaginó los riesgos que podría acarrear la ingesta excesiva de leche, pues ella pensó que la afición de Johnny por los lácteos era solo una etapa que pasaría pronto.
Además, este caso puso en alerta a los padres de otros niños que corrieron a revisar la ingesta de leche de sus pequeños para evitar daños a su salud.