Cuando pensamos en la realeza, se nos vienen a la mente lujos y extravagancia; si embargo, no todo es así, al menos en el caso de lo que come día a día.
La familias reales cuentan con chefs que pueden complacerlos en cualquier gusto, aunque algunas reinas, reyes, princesas y príncipes no son muy exigentes, como es el caso de los monarcas de España.
Hace unos años quedó al descubierto que Doña Letizia se encarga personalmente de elaborar la dieta de su familia, en la cual abundan las verduras y pescado.
Como embajadora especial para la Nutrición de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), la reina Letizia promociona la dieta mediterránea, que se basa en alimentos de origen vegetal e incluye con moderación pescados, mariscos, lácteos y carne de aves.
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"Les invito a que comprueben las bondades de esta dieta. La dieta mediterránea es más que un patrón alimentario, es una forma de vida también. Somos lo que comemos, lo que bebemos y lo que respiramos", dijo en una ocasión la monarca.
Por otra parte, las princesas Leonor y Sofía de Borbón solo tienen permitido una vez a mes consumir comida frita, dos veces al mes comen pasta y tres veces al mes prueban carne roja en platos como hamburguesas, albóndigas o ragout (estofado de ternera).
¿Qué comía la reina Isabel II?
Por otra parte, hace un par de años, Darren McGrady, exchef privado de la reina Isabel II, reveló que la monarca era muy sencilla con la comida; de hecho, subrayó que no era una entusiasta de la gastronomía y que solo comía para vivir.
Aunque no era apasionada de la cocina, la reina sí tenía algunos platillos favoritos, entre los que se encontraban los huevos revueltos con salmón ahumado y ralladura de trufa, para el desayuno. Aunque la mayoría de veces prefería "cereal normal como Special K con fruta fresca".
En el almuerzo solía pedir pescado con verduras, pollo a la parrilla con ensalada o sandwiches de atún, con el pan untado con mantequilla por ambos lados.
La cena de la reina Isabel incluía comida de la finca, "aves de caza, faisan, urogallos, perdiz", que le encantaban, de acuerdo con el chef McGrady, quien confesó que la fallecida monarca de la realeza británica odiaba el ajo.
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