Bañarse es uno de los hábitos más importantes de cualquier persona, pero tallar la piel cuando lo haces puede perjudicar tu salud y provocar graves problemas en ella. Te explicamos porque no debes tallarte la piel cuando te bañas.
La piel es uno de los órganos más importantes que tenemos ya que es la capa que nos protege de los cambios de temperaturas, de los rayos del sol y hasta de la contaminación.
Por ello, muchas personas suelen tallarla con una esponja o zacate durante la ducha a fin de quitar todas las impurezas. Sin embargo, esta práctica podría poner en riesgo la salud de tu piel y exponerla a enfermedades.
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¿Por qué no se debe tallar la piel cuando nos bañamos?
De acuerdo con la doctora Génesis R Duque, experta en medicina estética, la piel no debe tallarse bajo ninguna circunstancia ya que tiende a oscurecerse, engrosarse y deshidratarse.
Y es que cuando la tallas, le quitas su función de barrera protectora, eliminando la capa de sebo y queratinas que te protege de los agentes externos como el clima, bacterias y pérdida de agua.
Tallarte la piel también puede provocar enfermedades como la Lifa y la Melanosis. La primera es un padecimiento que provoca una pigmentación anormal en la piel, misma que es causada por la fricción que ejercen las esponjas de baño sobre la epidermis.
Mientras que la Melanosis se caracteriza por dejar manchas cafés y de tonalidad oscura en la zonas donde se ejerce las fricción del zacate o la esponja. Aunque esta suele aparecer después de varios años.
Además, tallarte la piel podría dejarte pequeñas heridas y lesiones que podrían ser imperceptibles a simple vista, pero podrían desencadenar infecciones y otras enfermedades dermatológicas.
Esto se debe a que cuando tallas la piel, en realidad la estas sobreexfoliando, lo que la vuelve más sensible. Lo más recomendable es usar tus manos para limpiar tu cuerpo durante el baño con ayuda de un gel o jabón.
En caso de que quieras exfoliar tu piel, los expertos recomiendan hacerlo como máximo una vez cada 15 días y utilizar productos muy suaves y gentiles para retirar las células muertas que se acumulan en los poros, pero sin dañarlos.