Las groserías han acompañado a las personas desde hace cientos de años, por ejemplo, la palabra tonto aparece en escritos que datan del siglo XVII; existen una serie de palabrotas que tienen un origen antiguo y que han persistido hasta nuestros días. Por increíble que parezca, algunas tienen su origen en civilizaciones antiguas como los griegos y los romanos.
En ocasiones, las malas palabras tienen su origen en otros lenguajes y algunas poseen otros significados en idiomas como el italiano. Aunque los griegos y los romanos son civilizaciones más reconocidas por su arquitectura, arte e inventos, también tuvieron tiempo para 'heredar' palabrotas e insultos, que son usados por las personas que salen de sus cabales.
¿Qué groserías vienen de los griegos y los romanos?
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Idiota
Los griegos son los responsables de crear la palabra idiota, ya que de esa manera se referían a las personas que formaban parte de la administración pública o el gobierno, y se mostraban despreocupados ante su labor o los problemas que tenían las personas; la palabra se conforma del término idios, que significa "personal o peculiar".
Recordemos que los griegos son considerados como los fundadores de la democracia, de ahí la importancia que le daban a que los gobernantes hicieran de manera correcta sus funciones. La palabra llegó a la civilización romana, cuyo idioma latín sentó las bases para futuras lenguas como el español, italiano y francés.
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Imbécil
Y fueron justo los romanos quienes crearon la palabra imbécil, para referirse a aquellas personas que no tienen con bases para sostener sus argumentos, ya que el término proviene de 'in', cuyo significado es no, aparte de 'becillis', que hace referencia a un pequeño bastón... es decir, aquel que no tiene bastón para apoyarse.
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Estúpido
Dentro del imperio romano también tuvo su génesis la palabra estúpido, que en un inicio hizo referencia a las palabras que se mostraban impactadas, ya que su raíz se encuentra en el término 'stupere' (sorprenderse), pero con el tiempo se utilizó para todas aquellas personas que se deslumbraban con facilidad o no comprendían las cosas al mismo tiempo que otros.
Tanto la palabra imbécil como estúpido pasaron a formar parte del idioma latín que, como ya se dijo, sentaron las bases para idiomas que se extendieron por Europa (como el francés, el español, el italiano y el rumano), para luego llegar a naciones como México durante el proceso de colonización.