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Hablando de San Patricio: conoce al irlandés que trató de independizar a México

Porfirio Díaz realizó una estatua de este personaje irlandés y hoy en día está en el Ángel de la Independencia.

Guillén de Lámport fue un cristiano católico irlandésCréditos: INAH
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En el mausoleo del Monumento de la Independencia, de la Ciudad de México, hay una estatua de un hombre que está atado de manos por la espalda. Él no está al lado de los grandes héroes nacionales y que en este día de San Patricio se busca memorar por su confrontación contra la inquisición de la Nueva España.

Este personaje del siglo XVII se adelantó a su época y además de que proclamó ilegítima la concesión papal de los territorios americanos, a los reyes de España, también pidió la liberación de los esclavos y exhortar derechos para los indígenas.

Es decir, buscó la independencia de México antes que el cura Miguel Hidalgo.

El precursor de la independencia de México

En el libro “Un rebelde irlandés en la Nueva España”, escrito por la historiadora y antropóloga Andrea Martínez, Baracs, demuestra la historia desconocida de Guillén de Lámport.

Durante la conquista, España destruyó muchas cosas, como civilizaciones y culturas que fueron sometidas. Desde el siglo XVI hasta la independencia y al final del siglo XVIII no había algo confirmado, pero en este trabajo de investigación la autora señaló que hubo alguien que trató de salvarlos de toda esa desgracia.

Guillén de Lámport fue un cristiano católico irlandés y ante la invasión inglesa protestante que se enfrentó su país, también eliminaron su religión, tierras y derechos, algo similar a lo que sucedió en la Nueva España.

Después de pelearse contra ingleses, trasladarse a España y pelear en las “Guerras religiosas” y de proteger a portugueses, se fue a México para encontrar que los indígenas vivían en mal estado, por lo cual decidió alzarse contra el régimen. Guillén llegó a la Nueva España en 1640, lo encarcelaron en 1642 y en 1659 lo quemaron vivo.

En el libro se explica que a pesar de que los inquisidores torturaban y quemaban hasta matar, lo registraron todo y esos datos están en el Archivo General de la Nación.

Por esa razón se sabe sobre este personaje irlandés, porque Guillén pedía siempre audiencia y sabía que podía hablar todo lo que quisiera y ellos lo escribían.

Fue juzgado como hereje, una forma de detenerlo en la Nueva España, pero ante esta trampa, Guillén, al ser teólogo, “explicó a profundidad cómo esos intentos de falsear su fe eran en sí mismos ofensas a la fe”.

Ante sí Guillén es bueno o malo, la inquisición quisieron dejar la versión de que él era mentiroso, esa fue la imagen que se quedó de él, pero ya en la época de Porfirio Díaz lo convencieron para que hiciera una estatua al promotor de la independencia.

En la estatua se puede ver a Guillén con una soga en el cuello, en llamas de unos dos metros, que ahora se ubica adentro del Ángel de la Independencia.