Las fresas son una fruta muy rica en sabor y en nutrientes, pese a que muchas personas prefieren evitarla porque son portadoras de diversas bacterias. Pero, ¿sabías que hay fresas blancas? Te contamos.
De acuerdo con The Gourmet Journal, las fresas blancas tienen un curioso sabor exótico, similar a una mezcla de fresas y piña, por lo que se les conoce como Pineberry.
No obstante, en Japón se les denomina shiroi houseki, es decir, ‘joya blanca’, debido a que su color es totalmente blanco con pequeños puntos rojos y hojas verdes.
Esta fruta se produce en los bosques sudamericanos, en Chile específicamente y recibe el nombre de frutilla o fresa chilena.
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La fresa tiene un curioso color blanco y esto se debe por la deficiencia de una proteína que impide que adquiera el característico color rojo de las fresas. No obstante, estas frutas son más caras que las habituales.
¿Cómo surge la fresa blanca?
Se sabe que es el resultado de un cruce de dos variedades americanas de fresa: Fragaria Virginiana y Fragaria chiloensis. Cuando su cultivo estaba a punto de perderse, los agricultores holandeses aplicaron el híbrido de fresa. Y así nació este fruto.
Actualmente, se siguen cultivando de manera masiva en Holanda las fresas blancas.
Pero ¿qué aportan las fresas blancas a nuestro cuerpo?
Al igual que las clásicas fresas rojas, la pineberry se caracteriza por su rica concentración de vitamina C.
Además, es un antioxidante. Así los tejidos dañados se regeneran y se cicatrizan con mayor rapidez.
También, aporta al organismo una buena dosis de vitamina A lo que estimula las defensas del cuerpo. Sin olvidar la fibra, que es ideal para tener una flora intestinal sana y reducir los niveles de colesterol.