El cloro es uno de los mejores aliados a la hora de la limpieza, sin embargo, algunas de sus combinaciones podrían representar un riesgo para la salud e incluso para la vida. Te explicamos cómo debes utilizar el cloro y con qué no debes mezclarlo jamás.
Lo primero que debes saber sobre este producto es que se trata de un desinfectante universal, de uso común, activo frente a muchos microorganismos.
Aunque comercialmente se le conoce como cloro o blanqueador, en realidad se trata de una solución de Hipoclorito de Sodio, al 6 por ciento disuelto en sosa (Hidróxido de Sodio).
Existe la creencia de que al combinar el cloro con otros productos del hogar se puede mejorar su poder de desinfección y su eficacia en la limpieza del hogar. Sin embargo, esto es falso y podría resultar muy peligroso.
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¿Cómo debo usar el cloro?
Hay personas que recomiendan usar el cloro con agua caliente para mejorar su poder desinfectante, pero esto podría traer graves consecuencias para tu sistema respiratorio.
La Secretaría de Salud advirtió que el cloro nunca debe calentarse, ya que desprende vapores altamente tóxicos que pueden dañar gravemente las vías respiratorias y al evaporarse pierde su función desinfectante.
Además, la dependencia emitió una serie de recomendaciones para usarlo de forma adecuada como son:
- El cloro solo se puede diluir con agua fría o al tiempo
- Para la limpieza de pisos puedes utilizar una solución diluida al 0.2 por ciento, es decir 1 parte de cloro por 25 de agua
- Para lavar el baño basta con diluir 1/4 de taza de cloro en 2 litros de agua, verter en el inodoro, dejar reposar 5 minutos y dejar correr el agua
- Para lavar la ropa blanca solo necesitas agregar 1/2 taza de cloro en la lavadora por cada 30 litros de agua
- Si lavas a mano, utiliza 1/3 de taza de cloro por cada 9 litros de agua
- Para lavar los traste sólo diluye 1 1/2 cucharada de cloro en 1/2 litro de agua
- Si quieres desinfectar superficies, diluye 1/3 de taza de cloro en 1.5 litros de agua
Además de estás recomendaciones, debes tomar en cuenta que estar mucho tiempo en contacto con cloro puede ocasionarte comezón, ardor, urticaria y enrojecimiento de la piel.
Lo mejor será que uses guantes de limpieza cuando lo utilices, pero si no puedes hacerlo basta con que laves con abundante agua y jabón neutro tus manos para detener la irritación.