Es muy común ver que las bebidas alcohólicas, en especial el tequila o el mezcal, son ingeridos en vasos pequeños como los de las veladoras. Pareciera una tradición mexicana muy coloquial, pero la realidad es que tiene un origen y por supuesto un motivo.
Antes este destilado no era tan popular dentro de la sociedad de México. Fue con el paso de los años que se logró posicionar como hasta ahora y recibir el reconocimiento de su valor.
De hecho, se consideraba que el mezcal era para la clase baja y tenía mala reputación por ello, ya que se lo daban a los obreros y campesinos como parte de sus beneficios laborales para que supuestamente tuvieran un mejor rendimiento.
Debido a que era una bebida muy “insípida”, según la consideración de muchos, la tomaban en cualquier recipiente que se encontraran, por ejemplo los vasos vacíos de las veladoras.
Te podría interesar
Eso en un principio fue catalogado como una profanación, ya que de esa costumbre fue que nació la frase: “hasta ver la cruz”, porque al fondo de los vasos se aprecia una pequeña cruz.
¿Por qué es recomendable tomar mezcal en vasos pequeños?
Utilizar los besos de veladora se convirtió en una tradición en la antigüedad: cada vez los adoptaban más en las cantinas. Pero había un motivo detrás. Al tratarse de un recipiente de boca amplia, se permite apreciar más los aromas y sabores.
Cada variante del mezcal queda más a la vista con un vaso como estos, incluso los catadores de bebidas señalan que también ayuda a aligerar el impacto del vapor alcohólico.
Y, un plus, sería que en los vasitos de veladora se puede apreciar el color real de la bebida, al igual que en cualquiera que sea transparente.