Con limón, sal, acompañado de refresco de toronja, de cola, con hielos o solito, el tequila es un producto de origen mexicano, pero ¿exactamente dónde y cuándo nació? Además, ¿cuántos tipos del destilado hay? Te contamos.
Cuenta la leyenda que durante una tormenta eléctrica un rayo golpeó directamente unos agaves y provocó un incendio en la zona, pero gracias a las llamas, de las bolas de agave comenzó a surgir un olor agradable y se originó una especie de miel.
Esto llamó la atención de las personas que estaban ahí, quienes descubrieron que tras fermentarse, la miel tenía diversas cualidades, como un efecto relajante y eufórico para los la que bebieran, por lo que concluyeron que era un regalo del dios de la embriaguez.
Pero se estima que el tequila se originó aproximadamente en el año de 1538 precisamente en el pueblo mágico de Tequila, ubicado en el estado Jalisco, de acuerdo con información de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
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El Paisaje del Agave y las antiguas instalaciones industriales de Tequila fueron proclamadas como Patrimonio Mundial por la Unesco el día 24 de julio del año 2006.
Pero en sus orígenes no gozó de tanta fama, pues durante la época de la Colonia se prohibió la fabricación del destilado y de otros productos americanos para favorecer la importación de vinos y aguardientes españoles, evitando así la competencia.
Aunque esta medida no duró mucho, pues hacia mediados del siglo XVII el gobierno autorizó su producción oficial con su respectivo cobro de impuestos.
¿Cuántos tipos de tequilas hay?
De las aproximadamente 159 especies de agave que hay en México, el tequila sólo puede ser producido a partir de la Tequiliana weber, mejor conocida como agave azul, lo que lo diferencia del pulque o el mezcal que salen de otras.
Según la Norma Oficial Mexicana NOM-006-SCFI-2012, luego del proceso de destilación del agave azul, el tequila se clasifica en los siguientes cinco tipos:
Añejo: su añejamiento debe ser necesariamente en barricas, la más común es la de roble blanco americano. Su maduración va desde los 12 meses hasta los 35 y su color es de tonalidad cobriza o ámbar.
Blanco: este tipo tiene un contacto mínimo o nulo con la madera, por lo que se le considera de los más puros. Tras la destilación se filtran, se ajustan sus notas y sus niveles de alcohol.
Extra añejo: al menos debe madurar en barricas durante 36 meses.
Joven: este tequila se puede producir tras una mezcla de blanco con reposado o blanco con añejo.
Reposado: es el favorito de los mexicanos y el que más se comercializa; su maduración es de al menos 2 meses y de máximo 11 en barricas de roble blanco americano o extensos contenedores de madera.
La importancia del tequila va más allá del país, pues en el 2019 fue el quinto producto agroalimentario más exportado, de acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y cada 24 de julio se celebra el Día Internacional del Tequila.