Los habitantes de la Ciudad de México tuvieron un pequeño sobresalto este viernes a causa de un sismo hoy de magnitud 4.8, cuyo epicentro fue a 6 kilómetros al suroeste de Acapulco, Guerrero. Por ello, las personas volvieron echar mano del tradicional bolillo "pa'l susto", pero ¿qué tan efectivo es?
Aunque parece un mito, es verdadero: la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) considera que el bolillo sí sirve para el susto y, sobre todo, a aminorar el impacto de un estado de estrés repentina, debido a que se segregan ácidos gástricos que pueden perjudicar el sistema digestivo.
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Cuando una persona se espanta, sea por un sismo o algún percance, segrega adrenalina y cortisol, lo que produce que el ritmo cardiaco se acelere, la respiración se acorte y los músculos se endurezcan. Además de que se altera el nivel de glucosa en la sangre y se genera una mayor cantidad de ácidos gástricos, lo que puede ocasionar acidez y náuseas.
Los ácidos gástricos dañan a las personas que sufren de padecimientos digestivos, como la colitis y la gastritis, de ahí que un bolillo sea benéfico a causa de que los carbohidratos y grasas inhiben la producción de ácido.
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El tradicional pan, que es uno de los más económicos y accesibles en los locales, también ayuda a estabilizar los niveles de glucosa en la sangre e incluso contrarresta la sensación de un hueco o vacío en el estómago que se genera tras un susto inesperado. Además de que masticar o comer un alimento ayuda como distractor.
El Sistema Mexicano de Alimentos Equivalentes calcula que un bolillo equivale a consumir tres tortillas. El pan es fabricado con pocos ingredientes, entre estos se encuentran: harina de trigo, levaduras, agua y sal; esto hace que sólo contenga 183 calorías, 39 gramos de carbohidratos y 5.7 gramos de proteína.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) recomienda que los adultos escuchen a las niñas y niños, jueguen con ellos y les expliquen lo ocurrido en caso de un sismo. Y como ahora ya sabes, la UNAM sí aconseja un bolillo, sea para chicos o grandes, tras un evento de estrés.