El lichi es una de los productos más llamativas que se pueden encontrar en los mercados de México, a causa de su cáscara roja con protuberancias, la cual esconde un fruto dulce de tonos blanquecinos, pero sabes cómo llegó esta fruta afrodisíaca a México desde China.
Todo inició en el siglo XIX, cuando una crisis económica obligó a los chinos a emigrar a otras partes del mundo, incluyendo México, llevando consigo productos que se cosechaban en sus regiones de origen como es el lichi. Una de esos grupos (conformado por 500 personas) se estableció en Sinaloa, donde fueron empleados para la construcción de un ferrocarril.
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En Sinaloa, los migrantes chinos empezaron a cosechar el llamativo fruto desde 1914, pero fue entre los años 70 y 80 que su producción se hizo a mayor escala; en la actualidad, dicho estado es el sexto productor nacional, según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
En la actualidad, el lichi se cultiva en por lo menos 13 entidades de la República Mexicana, siendo Puebla y Veracruz las principales productoras. Datos de la Sader apunta que en 2018 se destinaron 4 mil hectáreas para el cultivo des este fruto y se generaron 28 mil 800 toneladas de la fruta.
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Los mayores productores son China e India, quienes exportan el 60 por ciento del lichi que se produce a nivel mundial; mientras que Australia, Indonesia, Madagascar, Pakistán, Tailandia y Vietnam han aumentado la siembra y producción del fruto, que es rico en vitamina C y minerales para el organismo humano.
A causa de que contiene minerales como el sodio y el potasio, considerados como indispensables para tener una vida sexual activa y saludable, el lichi es considerado como un afrodisíaco. Aunque se consume como gruta fresca también se puede enlatar, congelar y deshidratar.
En el sur de China, de donde es originaria el lichi, es apodado como "la fruta de reyes"; el árbol puede alcanzar una altura de 15 metros. En México su temporada va de los meses de mayo a julio.