Estamos acostumbradas a consumir alimentos todos los días que, para algunos, ya es normal que creamos que los alimentos deben ser de una cierta manera y de cierto color para que sean “apetecibles”, sin embargo, esto es sólo el resultado de la modificación intencionada de algunas fábricas.
Según el Dr. Ricardo Correa, el color de los alimentos tiene múltiples efectos sobre el consumidor y sería “erróneo” considerarlo sólo un atributo estético. El consumidor relaciona el color con la calidad del producto y con su sabor, por lo que la modificación intencionada sucede todos los días en varios alimentos.
¿Qué es un aditivo alimentario?
Se trata de cualquier ingrediente agregado a los alimentos intencionalmente, sin el propósito de nutrir. El objetivo de éstos son modificar las características físicas, químicas, biológicas o sensoriales.
En los colorantes, este propósito es el de devolver o intensificar el color perdido o otorgarle el color a un alimento que no lo tiene, según detalla el Reglamento Bromatológico Nacional de Uruguay.
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¿En qué tipo de alimentos se usa colorante?
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Diabetes, la importancia del color de los alimentos es tan relevante que los colores alimentarios tienen un papel fundamental.
Los colorantes actualmente se utilizan en productos como:
- Refrescos
- Helados
- Dulces
- Golosinas en general
- Caramelos
- Sopas
- Pastas
- Platos elaborados
- Margarinas, entre otros.
Cabe mencionar que no siempre el colorante es creado artificialmente, pues existen algunos colorantes que se consiguen en la naturaleza como el cúrcuma, que aporta un color naranja amarillento a algunos alimentos como el refresco, mermeladas, mantequillas, curry, té, entre otros.
Otros colorantes naturales son los antocianos, que se obtiene de las moras, fresas, grosellas, uvas, frambuesas y maíz negro.
El caramelo color marrón se obtiene del calentamiento de azúcar o almidón y se utiliza comúnmente en refrescos, cerveza, dulces, pan, cereales, chocolate.
Por su parte, los colorantes artificiales -que suelen ser más baratos- se distinguen entre los azoicos y no azoicos. Los primeros son la Tartrazina, Amarillo anaranjado S o Amarillo sol FCF, Azorrubina, carmoisina, entre otros. Los segundos, por su parte, se refieren al amarillo de quinoleína, eritrosina, azul patentado V, indigotina, entre otros.