Si eres de los que suele darla huesos a su perrito cuando se ha portado bien o como un premio para consentirlo, esta nota es para ti, pues hacerlo puede resultar sumamente peligroso para los lomitos. Estos son los huesos más 'peligrosos' para tu perro que debes evitar.
Los perritos aman comer y ruñir huesos de comida y los disfrutan tanto que es imposible no pensar en darle unos cuantos cuando acabas de comer o preparaste algo delicioso, pero debes saber que podrías estarles haciendo daño.
¿Qué huesos son 'peligrosos' para mi perrito?
Aunque los expertos aseguran que comer cualquier tipo de hueso conlleva un riesgo para los lomitos, existen algunos que representan un peligro mayor para nuestros amigos de cuatro patas.
Los huesos más peligrosos son los de animales más pequeños como los de conejo o pollo, ya que pueden astillarse y desgarrar o perforar el intestino de tu perro provocándole una peritonitis que si no se atiende inmediatamente puede provocar la muerte.
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Los especialistas señalan que el riesgo de que esto le suceda a tu perro es menor si los huesos que le das pertenecen a un animal más grande como una vaca o un cerdo, pero advierten que este continua existiendo, pues al roerlos se producirá una arenilla capaz de obstruir el intestino y provocar diarrea o estreñimiento.
También debes considerar si le das huesos crudos o cocidos, pues los crudos resultan aún más riesgosos debido a que se astillan con mayor facilidad. Además, los huesos crudos pueden estar contaminados por bacterias y parásitos como el Toxoplasma gondii, que provoca toxoplasmosis.
En contraparte, los huesos cocidos no se fragmentan y son más blandos, lo que ayuda a que los dientes del perro no se dañen cuando los roe.
Sin embargo, los especialistas recomiendan optar por juguetes elaborados con materiales naturales y que son diseñados para ser mordidos.