Muchos mexicanos no se pueden resistir a un sabor. El simple pensamiento de beber su Coca-Cola bien fría es capaz de hacerle agua la boca a más de uno. Varios eligen las versiones que son más "saludables", aunque hay que aceptar que ningún refresco puede tener esta denominación. Lo que sí, algunos podrían ser más dañinos que otros. En el caso de la Coca-Cola normal vs. la de dieta, hay que mirar más de cerca sus ingredientes.
La Coca-Cola sin azúcar es similar a la clásica, pero como su nombre lo indica no tiene un ingrediente. Por otro lado, la Light tiene un sabor más ligero porque no contiene ni azúcar ni calorías.
Además, la diferencia entre la Zero y la Light radica en que, si bien ésta no tiene azúcar ni calorías, sí contiene más porcentaje de químicos y aditivos, como el ácido cítrico y fosfórico. La Coca-Cola Zero, por su lado, tiene el acidulante fosfórico.
¿La Coca-Cola de dieta puede ser mortal?
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Hace unos años, en 2019, los fieles seguidores de la Coca-Cola sin azúcar y la Pepsi de dieta mostraron sus preocupaciones luego de que un estudio sugirió que quienes elegían esas bebidas edulcoradas de forma artificial tenían 26% más probabilidades de morir de forma prematura que quienes rara vez bebían refrescos sin azúcar.
Este estudio, cuyo resultado se publicó en la revista Jamal Internal Medicine, siguió a 450.000 europeos por 16 años. La información consignada por The New York Times señalaba en aquel entonces que los autores encontraron que la posibilidad de morir joven era 8% mayor en quienes bebían dos o más vasos de bebidas azucaradas al día, en comparación con las personas que consumían menos de un vaso al mes.
El nerviosismo subió cuando se insinuó que beber Coca-Cola de dieta podría ser más mortífero que optar por las versiones clásicas. Esta investigación no fue la única. Otras realizadas en Estados Unidos han encontrado correlaciones entre los refrescos con edulcorantes artificiales y la muerte prematura. No obstante, ninguno puede tomarse como una conclusión, sino que habría factores propios de cada sujeto de estudio que podrían modificar los resultados, como el tipo de alimentación y sus hábitos.
Los edulcorantes en los refrescos como Coca-Cola Zero
Las preocupaciones sobre los edulcorantes artificiales no son recientes y han existido desde los años 70. En ese tiempo, estudios descubrieron que ingerir grandes cantidades de sacarina causaba cáncer en las ratas de laboratorio. Por eso, la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA) emitió una prohibición temporal. Las investigaciones luego encontraron que era seguro para el consumo humano. Sin embargo, los edulcorantes más recientes como el aspartamo o la sucralosa también se han sometido a rigurosos análisis.
En el caso de la Coca-Cola Zero, el refresco lleva el aspartamo y el acesulfamo potásico, que sirven para parecerse a la receta original.
Las diferencias entre beber Coca-Cola Zero y la original
De acuerdo con una explicación que brindó a Cribeo Laura Martínez, especialista de nutrición y genética de Greenology, cuando se bebe algo dulce, sin importar si tiene o no azúcar, el cuerpo lo detecta y segrega insulina. Lo que sucede con la Zero, detalló, es que no lleva azúcar, pero el cuerpo la detecta como dulce, segrega insulina e induce a una bajada de la glucosa. Esto causaría un aumento de apetito y estrés del páncreas. Por ello, aseguró, en algunos casos quienes la consumen como parte de su dieta podrían ganar más peso.
Si bien no tiene nada de malo tomar una coquita de vez en cuando, no se puede considerar como "saludable" alguna de estas versiones. Es importante destacar que ningún refresco, por más que se anuncie sin calorías, es una alternativa mejor que el agua. Al final, la opción menos dañina es un consumo moderado que vaya acorde con cada organismo.