¿Has notado que durante una noche de copas tu rostro comienza a enrojecerse? Bueno, pues lamentamos decirte que en algunos casos no es por el calor que produce el alcohol ni por el gran ambiente de la fiesta, sino que este fenómeno esconde algo más profundo detrás.
En realidad las personas que se enrojecen tras beber alcohol tienen mayor riesgo de sufrir depresión, pero ¿por qué ocurre esto? Te explicamos.
De acuerdo con un estudio publicado por el Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), dicha reacción se produce debido a que la persona no puede metabolizar eficazmente el acetaldehído tóxico derivado del alcohol.
Al no poder metabolizar adecuadamente el acetaldehído tóxico, esto provocará enrojecimiento de las mejillas, y a su vez esto está relacionado con los trastornos del ánimo.
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Para llegar a esta conclusión, expertos en salud pusieron a prueba a 139 mil 380 participantes de Corea del Sur y se utilizaron datos de la encuesta de salud de la comunidad coreana del 2019.
La relación entre la respuesta de enrojecimiento por alcohol y la depresión se evaluó mediante un análisis de regresión logística. De las personas estudiadas, más de un tercio se ruborizaron tras consumir alcohol, mismos que demostraron tener un mayor riesgo de depresión.
Cabe señalar que el riesgo de depresión fue significativamente mayor entre las personas que se enrojecían al beber 15 gramos de alcohol al día.
¿El enrojecimiento por alcohol es una herencia?
Es importante mencionar que en algunos otros casos, el enrojecimiento tras consumir alcohol es un tipo de intolerancia a este producto, y es una afección que se debe principalmente a variaciones hereditarias en los genes de ciertas enzimas, lo que hace que las personas metabolicen el alcohol de manera menos eficiente.
Debes saber que la enzima alcohol deshidrogenasa (ADH, por sus siglas en inglés) convierte al alcohol en acetaldehído, que es una molécula tóxica.
El acetaldehído resultante se metaboliza a moléculas no tóxicas por otra enzima llamada aldehído deshidrogenasa (ALDH). Si el acetaldehído no se metaboliza de manera eficiente, podría causar la liberación de histamina, y por lo tanto, provocar el rubor en la cara, así como otros síntomas.
Se sabe que las personas que experimentan esta reacción tienen un mayor riesgo de padecer cáncer, incluido cáncer de esófago y de mama.