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Los 5 virus más mortales que no tienen vacuna

Estos patógenos no han sido lo suficientemente estudiados por lo que hasta la fecha no existen tratamientos específicos para combatirlos.

Estos son los virus más letales que existen y no tienen tratamientoCréditos: Juan Carlos García
Escrito en ESTILO DE VIDA el

En los últimos dos años la población a nivel mundial se ha enfrentado al surgimiento del COVID-19, así como a la reaparición de múltiples enfermedades infecciosas, y aunque la mayoría han logrado ser controladas, hay algunos virus que deberían causarnos cierta preocupación pues son considerados como los más mortales y además no existen vacunas para combatirlos.

Si bien el virus del SARS-CoV-2 logró atraer la atención por su rápida propagación, existen diversos patógenos que son una amenaza, pero que no han sido lo suficientemente investigados para desarrollar vacunas o tratamientos para que sean controlados.

Pese a que no se suele hablar ni investigar mucho al respecto sobre los llamados virus emergentes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene cierta preocupación al respecto debido a su alta tasa de mortalidad y porque, aunque su contagio es realmente bajo, ciertas condiciones en los servicios de salud y hasta las mutaciones que podrían sufrir los patógenos podrían aumentar la facilidad con la que se transmiten entre las personas.

¿Cuáles son los virus más mortales?

De esta forma te daremos a conocer los virus más mortales y algunas de sus características, a fin de que puedas comprender mejor ciertos patógenos y sepas que los virus son una amenaza real para los seres humanos.

Fiebre de Marburgo

Esta enfermedad fue identificada por primera vez en 1967 tras registrarse simultáneamente brotes en Marburgo y Frankfurt, Alemania, así como en Belgrado, Serbia. Tiene una tasa de letalidad del 88 por ciento.

Según la OMS, los brotes se asociaron al trabajo en laboratorios con monos verdes africanos importados de Uganda. La transmisión se debe a la estancia prolongada en minas o cuevas habitadas por colonias de murciélagos.

Mientras que la transmisión entre personas ocurre por contacto directo de la piel lesionada o las mucosas con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas, así como con superficies y materiales contaminados con dichos líquidos, como ropa personal o de cama.

Los síntomas se presentan fiebre elevada, cefalea intensa y gran malestar, así como dolores musculares. Con el paso de los días se presenta diarrea, cólicos abdominales, náuseas y vómitos.

Nipah

Este virus, cuya letalidad es del 75 por ciento, se reconoció por primera vez en 1999 durante un brote entre criaderos de cerdos, cuya transmisión se debe al contacto directo con estos animales enfermos o sus secreciones contaminadas.

Los síntomas que se presentan con esta infección son fiebre, cefaleas, mialgas, vómitos, dolor de garganta, somnolencia, alteración de la consciencia, neumonía atípica y problemas respiratorios graves.

Ébola

La enfermedad causada por el virus del ébola tiene una tasa de letalidad del 63 por ciento, la cual fue detectada por primera vez en 1976 en dos brotes simultáneos ocurridos en Nzara (hoy Sudán del Sur) y Yambuku (República Democrática del Congo).

De acuerdo con la OMS, los huéspedes naturales del virus son los murciélagos frugívoros de la familia Pteropodidae. Dicho patógeno puede llegar a la población humana por contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados, de chimpancés, gorilas, murciélagos frugívoros, monos, antílopes y puercoespines infectados que se habían encontrado muertos o enfermos en la selva.

Posteriormente el virus se transmite de persona a persona por contacto directo. Los humanos experimentan síntomas como fiebre, debilidad intensa, dolores musculares, de cabeza y de garganta, vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática, así como hemorragias internas y externas.

Fiebre de Crimea-Congo

La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo tiene una letalidad entre el 10 y el 40 por ciento y es transmitido por garrapatas por su picadura o por contacto con la sangre o tejidos de animales infectados.

Los síntomas son parecidos a los de un resfriado, aunque también se presenta rigidez de cuello, lumbago, cefalea, irritación de los ojos, fotofobia, cambios bruscos de humos, confusión, depresión, debilidad, taquicardia y erupción petequial.

H7N9 virus de la gripe aviar

La cepa H7N9 tiene una letalidad del 39.3 por ciento, y los primeros casos fueron reportados en marzo del 2013 en China. La mayoría de estos patógenos han sido producidos por estar expuestos a aves de corral infectadas o ambientes contaminados.

Aunque para su tratamiento se usan algunos antivíricos para mejorar las posibilidades de supervivencia de las personas, no existe ningún tratamiento específico para este malestar._ Con información de OMS