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¿Los azotadores son venenosos y qué pasa si me pica uno?

Los azotadores son una de las orugas más temidas pues su apariencia desagrada a más de uno.

Te decimos qué hacer en caso de picadura de un azotador Créditos: Rocío Martínez
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En la naturaleza existen múltiples insectos, algunos son bien aceptados por las personas, pero otros causan cierto desagrado por su apariencia, tal es el caso de los azotadores, cuyo nombre oficial es Thaumetopoea processionea L.

Dichos animalitos hacen correr a más de uno cuando ven que se aproxima, pues se sabe que generalmente son venenosos, lo que aumenta las interrogantes sobre ¿qué pasa si me pica un azotador?

Bueno en primer lugar debes saber que la mayoría de estas orugas son inofensivas; sin embargo, existen algunos tipos que sí pueden resultar un problema para los humanos debido a sus pelos urticantes que tienen a lo largo de su cuerpo.

Esta estructura que tienen los azotadores es su defensa contra los depredadores, pues los protegen principalmente de pájaros y lagartijas que los ven como presas.

¿Qué pasa si me pica un azotador?

Estos pelos que a simple vista parecen púas afiladas están conectados con unas glándulas secretoras de sustancias defensivas, y provocan la secreción de histaminas en el cuerpo de la persona afectada, lo que puede causar graves complicaciones.

Las afectaciones que provoca un azotador dependerán de la susceptibilidad de una persona, pero generalmente el irritante en sus pelos puede causar irritación en la piel.

En casos más extremos podría ocasionar vómito, calambres musculares, convulsiones, lesiones muy dolorosas y hasta asma.

Aquellas personas que tengan contacto con un azotador se aconseja lavar el área afectada con abundante agua, y posteriormente retirar los pelos urticantes con pinzas o cinta adhesiva.

También se pueden aplicar compresas frías y vinagre para aminorar el dolor causado por la quemadura; sin embargo, si se presentan síntomas mayores u otro tipo de reacciones, lo mejor es acudir con el médico.

Recuerda que los azotadores son orugas que posteriormente se convertirán en polillas o mariposas, por lo que te aconsejamos que si ves uno no lo mates, pues su existencia es fundamental para que los procesos de polinización continúen.