Daniela Luján es una de las actrices que hemos visto crecer, tanto en lo profesional, como en lo personal. La artista de 35 años comenzó desde muy chiquita a protagonizar las novelas infantiles de Televisa, pero sin duda su mayor éxito fue “El diario de Daniela”, producida por Rosy Ocampo.
Desde entonces, la joven buscó hacerse de un nombre en el mundo del espectáculo, que se vio afectado por los rumores de su supuesta rivalidad con Belinda, a la que, cabe recordar, suplió en la novela “Cómplices al rescate”.
Pese a esto, Luján siguió posicionándose en el gusto del público por su trabajo, y lo logró gracias a su participación en la icónica serie “Una familia de diez” que ya tiene 9 temporadas. Fue tanto el éxito, que ahora ella, junto a Ricardo Margaleff, estelarizan el spin off “¿Tú crees?”.
Pese al éxito que ronda en el ámbito profesional, parece ser que Daniela Luján aún está luchando batallas internas, que tienen que ver con la pérdida de pesos.
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Fue en el programa “Envinadas”, que tiene junto a Jessica Segura y Mariana Botas, donde la actriz ha abierto su corazón y revelado cosas muy íntimas, como su constante lucha para aceptarse a sí misma.
En el más reciente episodio, que se transmite en la plataforma de YouTube, Luján rompió en llanto y confesó que aunque desde hace tiempo ha trabajado en ella, aún le cuesta aceptar su cuerpo.
“El año pasado dije ‘ya no voy a hacer más dieta’ y la verdad es que iba bien, o sea, sí me veo al espejo de pronto y digo ‘uy pero estamos trabajando por nuestra sanidad mental’”, confesó la joven entre lágrimas.
Sin embargo, la ansiedad se hace presente debido a que está a punto de comenzar grabaciones, y es cuando piensa en hacer dietas, que a la larga le afectan en lo emocional.
“Sí es un gran ejercicio de shock no ponerlo como prioridad (el tema del peso), claro que es mucho más rápido que yo y claro que lo pongo como una prioridad, pero después regreso a mí y digo: ‘no, Dani, hay otras cosas más importantes que eso’”, dijo.
Finalmente, reconoció que es una batalla constante aceptarse tal y como es, y entender que no debe ceder a las presiones sociales que indican que el cuerpo debe estar de tal forma.