Eugenio Derbez, conocido por sus personajes de comedia como Ludovico P. Luche, celebró la nominación al Oscar como Mejor Película de CODA, historia dramática de la que formó parte.
Sin embargo, resaltó que el papel que realiza en la película, de un maestro de música de una joven cuya familia es sorda, es algo que en México no habría podido conseguir.
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"Es un papel dramático y eso para mí que a estas alturas de mi carrera estoy empezando una nueva faceta que en mi propio país nunca se me hubiera dado una oportunidad así", dijo.
"El hecho de que en EU me ven con ojos frescos porque aquí no conocen al Lonje Moco ni a Ludovico P. Luche; para mí es una nueva oportunidad y es empezar en un nuevo género a esta edad. Para mí es un regalo de la vida", agregó en entrevista con Joaquín López-Dóriga para Grupo Fórmula.
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CODA es la sigla de Child of Deaf Adult, es decir, hija de adultos sordos. Es la historia de una adolescente en una familia donde la papá, la mamá y el hermano son sordos y ella se convierte en la intérprete de todos ellos, lo que la presiona para elegir entre seguir viviendo para su familia o seguir sus sueños.
"Es una película que habla de cómo tomar las decisiones y eso conecta con todo mundo", dijo.
Agregó que este papel representó para él algo destacado porque amplía la manera en que se percibe a los mexicanos en Estados Unidos.
"En este caso rompe con los estereotipos. Es el tipo de personaje que quiero hacer, porque es un mexicano y no es un criminal, no es un narcotraficante, no es la típica historia de migrantes que cruzan la frontera, es un maestro de música exitoso que estudió en Berkeley, es del tipo de papeles que me parecen que enaltecen a los mexicanos en Hollywood", aseguró.
Eugenio Derbez empezó de cero en EU
Para el actor de 60 años, dejar México y buscar una nueva carrera en otro país representó un gran giro que implicó casi empezar de cero.
"El día que decidí salirme de México y dejar Televisa, cerrar mi oficina, dejar mi equipo, mis escritores, a mis productores asociados, tenía yo 52 años. Ya no era niño, era un adulto mayor casi, casi. Y fue meterme en la aventura de aventarme un clavado a lo desconocido pero con mucha hambre", dijo.
"Y de la mano siempre de mi público, porque lo que me hizo animarme a venir a Estados Unidos fue darme cuenta que yo no sabía, que tenía un público cautivo aquí en EU. Cuando salió mi película 'No se aceptan devoluciones', rompió con los récords aquí y eso hizo que se me abrieran de repente varias puertas en Hollywood. Y era de tomar la decisión ahora o nunca, y tuve que quemar las naves de un día para otro, venirme a este país y de alguna manera empezar de cero", comentó.
Destacó que en su camino agradece haberse asociado con la gente adecuada, pues ante su desconocimiento de la industria, le permitieron acercarse al mercado de Hollywood. Además, por consejo de sus socios rechazó papeles en producciones que tenían grandes repartos. "Saber escoger tus papeles es muy importante en esta industria", dijo.
Ello le ayudó a cambiar la forma en que elige los personajes que va a realizar y apostar más por proyectos que le causen una gran emoción.
"Por eso hago las cosas con el corazón, nunca me fijo ni cuánto me van a pagar ni en cosas que de repente pueden ser triviales; me fijo en que sea una película que me enamore, que a mí me guste, que sea el tipo de película que quiero ver, y he hecho películas pequeñitas que de repente nadie ve, pero que confío en ellas, CODA es una de ellas", sostuvo.
En contraste, mencionó Eugenio Derbez, que con la película del Cascanueces de Disney, que tuvo un presupuesto de 160 millones de dólares, "no pasó gran cosa".