Aunque se dice que nadie puede saber cuándo ni cómo morirá, las coincidencias pueden echar abajo dicha frase, como ocurrió en el caso del actor del Cine de Oro Pedro Infante.
Existe una leyenda que asegura que Pedro Infante supo años antes de su fallecimiento cómo iba a perder la vida, al igual que la actriz Blanca Estela y el guionista Rogelio González.
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Según la narración popular, retomada por Infobae, durante un descanso de la grabación de la película "Vuelven los García", en 1947, el "ídolo de Guamúchil" se percató que cerca de la locación había una gitana, a quien se acercó y le pidió que le leyera la mano, más por ayudarla que por curiosidad.
Fue entonces que la mujer tomó la mano del actor, quien estaba acompañado de Blanca Estela y Rogelio González, la miró y, tras un breve silencio, pidió a la actriz y el guionista que le mostraran la suya; sin embargo, se negó a decirles lo que había visto.
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Debido a que la curiosidad invadía a Pedro Infante, este le rogó a la mujer que les dijera lo que había visto. Ante insistencia, les reveló que, según las líneas de sus manos, los tres morirían en un accidente aparatoso, pues vio una gran bola de fuego.
Dos años después de las palabras de la gitana, Blanca Estela murió en un accidente aéreo; el 26 de septiembre de 1949, el avión en el que viajaba se desplomó en las faldas del volcán Popocatépetl.
De acuerdo con El Universal, Blanca Estela presintió su muerte. “Las personas que la despidieron en el aeropuerto advirtieron que estaba inquieta , como si presintiera algo, y aunque volvía a sobreponerse aparentando una absoluta calma, sus amigos vieron que partía visiblemente nerviosa", reveló.
Ocho años después del trágico fallecimiento de Blanca Estela, , el 15 de abril de 1957, murió Pedro Infante también en un accidente aéreo en Mérida, Yucatán.
Según algunos medios de comunicación, el actor mencionó en alguna ocasión: "Sé que yo también voy a morir en un accidente de aviación". Además, a su esposa le decía: “Yo nací para ser aviador. Deber ser hermoso morir como los pájaros, con las alas abiertas”.
Antes de su muerte, Pedro Infante sufrió dos accidentes: uno mientras volaba sobre Guasave, Sinaloa, y otro en Zitácuaro Michoacán.
Rogelio González, el último sobreviviente de los tres que estuvieron con la gitana, murió el 10 de mayo de 1984 en un accidente automovilístico en la carretera Piedras Negras México.