La fortaleza del peso frente al dólar en 17.20 unidades podría ser un escenario efímero para México. Durante los próximos meses y hasta 2024 el peso podría rebotar tras su buena racha desde el inicio de 2023, de acuerdo con especialistas.
La apreciación del peso ha representado una serie de bonanzas para algunos sectores como el turismo y las importaciones. Sin embargo, James Salazar, subdirector de análisis económico de CiBanco, prevé que el peso disminuya su fortaleza frente al dólar de aquí a 2024.
“Esta baja de precio es buena para el que compra y no es tan bueno para el que vende. Así de fácil”, dijo en entrevista con Grupo Fórmula. “Ahorita el tipo de cambio que está en el mayoreo, está en 17.20, nosotros vemos el peso para los siguientes meses alrededor del 18, 18.20, 18.30 y para el 2024 alrededor de 19 (unidades por dólar)”.
En este sentido, el superpeso tiene un beneficio temporal, pues próximamente algunos factores incrementarán su precio. Esto “no necesariamente refleja lo que está pasando en México entonces, no debería haber una preocupación, al final de cuentas es oferta y demanda”, señaló.
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Cuando el peso baja significa, por ejemplo, que decenas de empresas guardarán sus dólares para utilizarlos en un mejor momento o que viajar al extranjero será un poco más barato para los mexicanos dependiendo del destino que escojan.
La fortaleza que ha tenido el peso en los últimos dos años tiene su origen en la tasa diferencial de interés que existe entre México y Estados Unidos (EU).
“El endurecimiento monetario para buscar controlar la inflación generó en mayor medida este sesgo positivo para la moneda mexicana (carry-trade)”, explicó el analista de CiBanco.
En los próximos meses la Reserva Federal (FED, por sus siglas en inglés) frenará la subida de tasas de interés y el Banco de México (Banxico) las dejará sin cambios, por lo que “el diferencial a tasa nominal se reduce y en términos reales la tasa en EU confirmaría su entrada a terreno positivo”
El efecto de estas acciones será evidente en los siguientes meses dado que la inflación al consumidor retrocedería más rápido en territorio estadounidense que en México anualmente, de acuerdo con Salazar.
“Con tasas reales positivas en EU, aumenta el incentivo a inversiones denominadas en dólares. Esto es, se reduce un poco el atractivo del carry-trade con el que actualmente goza la moneda mexicana”, explicó.
Los incentivos serían razones suficientes para que exista un reacomodo de los portafolios de inversión. En pocas palabras, “episodios de depreciación del (super)peso mexicano y un retroceso gradual que se consolidaría hacia el último cuarto del año” a favor del dólar.