La sustitución de especies marinas para su venta y consumo es una práctica cada vez más común en México, por lo que actualmente 1 de cada 3 pescados que se venden en marisquerías o pescaderías son “fake”, es decir, que no corresponden a lo que ordenaron los consumidores, alertó la organización Oceana.
Miles de familias mexicanas acostumbran consumir sólo pescados y mariscos como parte de la vigilia por la Semana Santa, por lo que en estas fechas la venta de productos del mar registra un repunte considerable.
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En este contexto, Oceana publicó el informe “Gato por liebre: fraude y sustitución en la comida del mar”, en el que alertó que las y los consumidores son engañados el 44 por ciento de las veces que compran pescados, pues reciben una especie que no es la que pidieron
Mariana Aziz, directora de transparencia de Oceana, advirtió en entrevista para el noticiero “Atando Cabos” de Grupo Fórmula, que estas prácticas representan un engaño para las y los consumidores, además de que no es posible determinar en qué momento se da la sustitución de especies.
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“Hay un engaño al consumidor al momento de comprar pescado, la cuestión es que no sabemos de dónde viene este engaño y en qué punto de la cadena de valor sucedió", relató.
Los pescados más sustituidos
En su estudio, Oceana analizó los pescados que se venden en cuatro ciudades de tres estados del país: Tijuana y ensenada, en Baja California; Guadalajara, Jalisco, y Mérida, en Yucatán.
De acuerdo con dicho análisis, estas son las especies marinas más sustituidas:
- Marlin
- Huachinango
- Sierra
- Lobina
- Dorado
- Lenguado
- Curvina
- Robalo
- Blanco del Pacífico
- Esmedregal
- Chac-chi
- Mero
En la mayoría de los casos, se utilizan pescados más baratos, como la tilapia o la basa, para reemplazar las especies pedidas por los consumidores.
Restaurantes y pescaderías mienten igual
De acuerdo con el estudio de Oceana, sustituir especies de pescados es una práctica común tanto en restaurantes como en pescaderías, por lo que en la mayoría de los casos las y los consumidores terminan pagando un precio más elevado por un alimento que no vale tanto.
El análisis de la organización reveló que en el caso de las pescaderías, éstas sustituyen las especies de pescados que venden el 49 por ciento de las veces en promedio, por lo que prácticamente la mitad de los ejemplares que venden son “fake”.
En el caso de los restaurantes, la sustitución de especies se registra en promedio el 38 por ciento de las veces, es decir que 4 de cada 10 pescados que venden no corresponden con lo que ordenaron los comensales.
Por otra parte, Mariana Aziz recalcó que este tipo de prácticas permiten el auge del comercio ilegal de pescados, situación que pone en una enorme desventaja a los pescadores legales.
“Es la puerta de entrada de la pesca ilegal; podría ser que nosotros estemos consumiendo especies que se capturaron de manera ilegal, fuera de los periodos de pesca permitidos o en zonas restringidas de pesca”, advirtió.
Así, en plena temporada de Semana Santa, Oceana reveló que prácticamente la mitad de las veces los restaurantes y pescaderías sustituyen especies marinas para vender pescados “fake” a sus clientes.