A lo largo de 2022, factores como la inflación y los impuestos han elevado el precio de los refrescos, sobre todo de Coca-Cola, uno de los más consumidos por los mexicanos. Desde 2014, todas las bebidas azucaradas cuentan con un gravamen especial, el cual está fijado en 1.3936 pesos por litro para el presente año.
Desde el año 2014, el gobierno federal aplica un Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) no sólo a los refrescos, también a los jugos embotellados, jarabes, escencias y/o extractos con azúcares añadidos. En 2020, Moren propuso que dicho gravamen pasara a ser de cinco pesos por litro, ¿pero sin este impuesto cuánto te costaría tu Coca-Cola?
¿Cuánto te costaría tu Coca-Cola sin los impuestos?
Otro factor que se debe tomar en cuenta, aparte del IEPS, es el Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA), que es de un 16 por ciento y se aplica a todos los bienes y/o servicios en el país. Todos estos factores elevan el precio de cada producto de Coca-Cola, desde la presentación de 600 mililitros hasta la de tres litros.
Por ejemplo, un litro de Coca-Cola tiene un costo de 21 pesos -en cadenas como Walmart-, por lo que si le quitamos el IVA, fijado en un 16 por ciento, nos queda 17.64 pesos. Ahora, a esa cantidad hay que quitarle el 1.3936 pesos del IEPS a bebidas azucaradas, por lo que el costo final de un litro de refresco sería de 16.24 pesos.
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En el caso de la Coca-Cola de 2.5 litros y de envase retornable, el costo promedio de las tiendas es de 27 pesos, pero sin los impuestos sería de 21.28 pesos. Es importante mencionar que esto sólo es quitando el gravamen y no se toma en cuenta factores como la inflación, ubicada en 8.53 por ciento durante la primera quincena de octubre, según cifras del Inegi.
¿De verdad funciona el impuesto a los refrescos para mitigar su consumo?
Alonso Miranda, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), aseguró que el consumo de refrescos cayó entre un 6 y un 12 por ciento durante el primer año de la aplicación del impuesto a bebidas azucaradas (2014); mientras que para 2015, la reducción fue del 9.75 por ciento.
Esta presunta reducción contrasta con lo publicado en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Enasut) de 2018, donde se afirma que entre el 83.3 y el 85.7 por ciento de la población consume bebidas no lácteas endulzadas, es decir, refrescos, jugos y extractos azucarados de producción industrial.
Mientras que la Universidad de Yale, una de las más prestigiosas de los Estados Unidos, reveló un estudio en 2019, donde colocó a México como uno de los mayores consumidores de refresco con 163 litros anuales en promedio. Para darse una idea, Estados Unidos promedia un consumo de 118 litros anuales.