Mario Moreno ‘Cantinflas’ fue uno de los comediantes más queridos de la época del Cine de Oro mexicano, no obstante, es conocido que tenía una personalidad volátil.
Aunque lo acusan de haber sido un hombre prepotente, lo cierto es que no todos ‘se dejaron’ de ‘El mimo de la gabardina’ y hubo un solo artista que logró humillarlo.
Fuera de ese episodio, el protagonista de películas como ‘Ahí está el detalle’ y ‘El barrendero’ consiguió tener fama, fortuna y reconocimiento a manos llenas hasta el día de su muerte.
Pero eso no era suficiente para el cómico, quien pasó de trabajar en la carpa de su suegro a formarse un nombre y codearse con altos elementos del entretenimiento y la política nacional.
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Se dice que ‘El patrullero 777’ tenía una extraña obsesión, misma que lo motivó a construirse una lujosa mansión en el puerto de Acapulco a mediados de los años 50 del siglo pasado.
¿Cuál era la obsesión de Cantinflas?
De acuerdo con una leyenda urbana relatada por el YouTube Jorge Santana, Mario Moreno ‘Cantinflas’ tenía una afición incontrolable por las sirenas.
Tal era la atracción que el comediante sentía por esos seres mitológicos que hasta quería casarse con una, por eso se puso en contacto con un hombre que prometió ayudarlo.
“Dicen las historias que en un bar de la Ciudad de México una noche ‘Cantinflas’ estaba sentado, tomándose una copa, cuando llegó un hombre misterioso”, refirió Jorge Santana en su video.
“El hombre, de nombre Carlos Lorenzo Hernández, se acercó con Mario Moreno y comenzaron a tener una charla. Dentro de la plática, ‘Cantinflas’ le dijo al hombre que todo lo que tenía no era suficiente y que él quería un deseo en particular. ‘Cantinflas’ le dijo que quería casarse con una sirena, porque él estaba muy interesado en ellas”, se relató.
Lejos de asustarse con esa petición el sujeto decidió apoyar al ‘Mimo de México’ y le dio un cuarzo. Después le ordenó construir una mansión en Acapulco.
Cuando la tarea se concretó, el individuo le pidió al actor del Cine de Oro que hiciera una estatua a su imagen y semejanza. Esa escultura debía tener vista al mar.
Al concretar esa nueva petición, Carlos Lorenzo Hernández le dijo a Mario Moreno que debía pararse a las 2 de la mañana junto a su réplica y frente al mar. Fue entonces cuando el famoso presuntamente vio muchas sirenas frente a él.
Desde entonces supuestamente esos seres acudían a convivir con el protagonista de la película ‘El Padrecito’. Incluso se dice que ‘Cantinflas hacía’ fiestas secretas con sus amigos y con las sirenas y que ellas a veces todavía acuden a la casa abandonada de Acapulco a buscar al ídolo del Cine de Oro.
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