Cultura

CULTURA

Feminicidio en México: Mariana Morfín busca una memoria colectiva para erradicar la violencia

El libro narra seis historias de niñas y mujeres que sufrieron violencia por personas que les cortaron "de tajo su vida".

El libro tiene 6 relatos de niñas que sufrieron abuso de hombres cercanos a ellas. Créditos: Tusquets
Escrito en CULTURA el

En México, 10 mujeres son asesinadas AL DÍA. Una información que suele verse en noticias y que a su vez se convirtió en preocupación a nivel mundial.

A través de obras de teatro, películas y literatura se hace presente un sinfín de historias que muchos empiezan a normalizar, pero esto no tiene que suceder, más bien debería de abrirse los ojos para comprender la situación.

No quiero ser valiente

A través de seis cuentos, el lector se adentrará a historias donde se va a encariñar con cada una de las niñas que luchan por un futuro prometedor, sus gustos tienen una línea que les ayuda a que cada uno de sus pasos se vayan dando.

Solo que al ver que acaba un párrafo e inicia el otro, uno se da cuenta de que aquel futuro increíble que pudo haber tenido ya no se va a realizar.

Su muerte se tambalea, un familiar cercano, vecino o pareja se encarga de destruirlo. Lo peor de todo es que ese futuro fue interrumpido y el lector se queda con el coraje y resentimiento de no poder hacer nada, al igual que en la vida misma.

Un libro para abrir los ojos y no nada más exorcizar el feminicidio, también recordarlo para que no lo dejen olvidado, como la justicia lo hace con varias mujeres que no aparecen y los culpables son liberados.

Testimonios de los feminicidios

A sus 23 años, Mariana ya sabe lo que es el feminicidio. Esto a través de lo narrado por las familias que perdieron a sus hijas, quienes ya no pudieron ver el mundo y su última imagen fue la violencia.

Este enfrentamiento a la realidad le abrió los ojos y -en entrevista con Radio Fórmula- Mariana Morfín explicó que “fue un abrir de ojos muy repentino”.

“Era consciente de la realidad en la que estamos, pero no del todo. Me quería convencer de que son cifras, pero creo que algo muy importante es que el silencio es estar del lado del opresor, otorga”, menciona.

Fue difícil para ella, pero a la vez encuentra lo positivo de toda esta situación y es “una llamada a un cambio”.

De estas historias, ella cuenta que entrevistó a las madres y vio cómo luchan por la “justicia” para sus hijas. Esas comillas en la palabra justicia es un decir, porque nada ni nadie les va a regresar a sus niñas.

“Ha sido muchos sentimientos, pero es una realidad muy complicada”.

Para escribir este libro recibió ayuda de las mamás, pues “el hablar con ellas” hizo que le mostraran el camino del tema, aprendió mucho y lo que buscaban no era hablar de las muertes, “sino que se hablara de las mujeres y niñas detrás de estos feminicidios a las que les arrebataron y les cortaron de tajo su vida”.

“Las personas que ellas eran, sus aspiraciones, personalidades son tan diferentes, entonces creo que fue sí muy doloroso, pero enriquecedor poder hablar con las mamás”.

En las historias uno podrá descubrir que todas las niñas vivían sus vidas de forma normal, pero a pesar de que todas las mujeres se encuentran en un sistema de opresión “se me hace muy necesario aclarar que hay mujeres indígenas que están ante esta doble vulneración”.

“También la puede sufrir una mujer de la comunidad LGBT+, discapacitada, racializada. También tener esto en cuenta, que hay ciertos privilegios al no encontrarnos en esta doble vulneración y que sí puedo ser el eco de estas voces, sí siento que es una responsabilidad que tengo con la sociedad”, señala.

Todavía hay casos que no tienen justicia, no se sabe hasta cuándo concluirán, pero Mariana se siente esperanzada de que tarde o temprano su voz se haga eco para muchas.

“Lo más importante para erradicar esta violencia es hablar del tema y no ´ningunearlo´ no decir como ´se lo ganó´ o cualquier forma de revictimización”.

La solución para Mariana es hablarlo y que sea un diálogo común, “va a propiciar que genere una memoria colectiva para que finalmente podamos erradicar la violencia”.

“Un feminicidio no sale de la nada, pero generalmente es el resultado de una sociedad condescendiente y permisiva. Si desde un inicio se frenan las violencias y los machismos, esto no va a escalar hasta el feminicidio. Sí creo que es labor de todos poner un alto y no escale la violencia”, finalizó.