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"No matarás" demuestra que en cualquier clase social existe la locura, culpa e injusticias

Ana Sofía trata el tema del abuso a la mujer y plasma los problemas que hay de manera consecuente en México.

Esta es la primera novela de Ana Sofía González.Créditos: Penguin Random House
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Una nana, una adolescente y un lavacoches son parte importante de esta novela. Al momento de introducirse a la historia te da un motivo por el cual debes seguir leyendo y ésta es la muerte.

A través de sus páginas, no nada más vas a poder leer la vida de cada personaje, sino que sabrás los motivos por los cuales tienen una formación enamoradiza, pero también violenta.

Un inicio inesperado

Ana Sofía González inicia su novela “No matarás” (Alfaguara) con una muerte. A partir de ahí la trama empieza a desenvolverse sobre cómo fue que estos tres personajes viven y cuál es su historia.

A través de las páginas, no nada más lees los distintos comportamientos y la toma de decisiones, sus secretos y las miradas espías que ocurren dentro del fraccionamiento. El lector se involucra y se envuelve con los propios personajes, el cual empieza a sentirse como si viviera en el mismo lugar.

La historia transcurre en un día normal, como si ellos fueran tus vecinos y asistieran al campo de golf, en donde se lleva a cabo la historia, que al final desenvuelve una muerte provocada por el machismo y el poder del hombre hacia la mujer.

Entre el deseo y la denuncia

Con la primera página, Ana te dice todo. Te petrifica, no sabes a dónde correr. Te hace partícipe de esa violación, pero también de la muerte.

Al desenvolverse la historia, de estos tres personajes, exploras la culpa, sentimientos encontrados y esa necesidad de querer gritarle al mundo las injusticias que se vive.

Pero gracias a su primera novela, Ana Sofía González explica que fue una de las obras en donde uno se expone “tu trabajo está ahí a la luz y ya no está en mis manos lo que cada lector pueda pensar u opinar de lo que yo escriba. Es un acto de liberación”.

En entrevista con Radio Fórmula, Ana Sofía reveló que tanto la historia, como la propia creación de los personajes fue “extremadamente divertido”.

“De muchísimo trabajo y reescritura. Lo leía uno y otro y la verdad todos parecían la misma persona. Fue algo de ir puliendo, perfilando cada voz y cambiando la primera o tercera persona”, explica.

El lector se familiariza con cada uno de los personajes porque tienen su propia forma de hablar: Mientras que Vicky tiene esa voz tímida y procura decir poco, mientras que Alejandra la reconoces por ser esa mujer frívola, de la clase alta.

En cuanto a Juan Pablo, se comprende que es un hombre por ese lenguaje del macho mexicano, donde el caló y sus acentos logran familiarizarse con lo que uno escucha en la calle. Un gran control del lenguaje.

“Me divertí mucho escribiendo a Juan Pablo, luego me daba hasta risa y me preguntaba ¿qué cosas estoy diciendo? Tengo amigos que hablan así, pero así es nuestro lenguaje y aunque a veces no lo leemos de esa manera, ahí está”.

La autora comentó que la primera página fue la que se le ocurrió al principio, para trabajar el desarrollo del libro, y en ese momento ya tenía muy claro todo lo que quería con los personajes, pero al hacer esa ramificación de las historias, lo pudo construir a través de las personas que la rodean.

“Fui robándome partes de gente que conozco, de personas que han sido parte de mi vida, vivencias, otras que he escuchado. Fui robándome, poco a poco, para cada personaje lo que iba a pertenecerle”.

En eso fue muy enriquecedor para Ana Sofía, porque de pronto las cosas que a ella le pasaba, se los transmitía a sus personajes.

Aunque el tema del abuso que se retrata en el libro va más allá de lo que ocurre día a día en México, “este tipo de violencia se ha dado siempre, en especial con gente que es cercana".

“Aunque sea tu pareja, cuando se dice que no, es no, y a veces entre esposos, pasa que es una obligación para una de las partes y es un tema que todavía sucede”, explica.

No importa el tipo de clase que sea la persona, siempre hay una situación en donde una mujer es parte del daño y Ana Sofía González se atreve a denunciar estos actos que muchos los normalizan.

“Creo que todos nuestros demonios, miedos, angustias y cosas más internas vienen de ahí y el infierno creo que se vive en la Tierra y si algo te está afectando viene de ahí”, finaliza.