Hablar del Zócalo de la Ciudad de México despliega imágenes de nacionalismo, protesta y cultura, pero, sobre todo, representa un vestigio histórico de la centralidad prehispánica, la imposición colonial y los rezagos de una obra inconclusa en el centro de la capital.
Su forma y ubicación no son mera casualidad. "La plaza central de Tenochtitlán parece haber estado situada casi exactamente en el lugar donde hoy está el Zócalo de la ciudad moderna. Tenía pues la forma de un rectángulo de 160 a 180 metros, cuyos lados más cortos estaban, respectivamente, frente al norte y al sur”, señala el libro "Vida y Muerte en Templo Mayor".
En la arquitectura un Zócalo es "el cuerpo inferior de un edificio u obra que sirve para elevar los basamentos a un mismo nivel", según la Real Academia Española. Sin embargo, la acepción tanto de este término como el de Plaza de la Constitución tiene que ver con acontecimientos históricos mexicanos.
Zócalo o Plaza de la Constitución: el origen de la plancha en el Centro Histórico
Tras la conquista, los ánimos bélicos en Europa se encontraban a flor de piel y fue entonces que la invasión de Napoleón a España cambió por completo el escenario, en 1808.
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De acuerdo con "El Zócalo de la Ciudad de México. Historias y evidencias", fue este conflicto y la abdicación de Fernando VII lo que hizo que los españoles se levantaran en armas para crear nuevas instituciones.
"En 1812 las Cortes españolas emitieron en Cádiz una nueva Constitución, la cual fue jurada en México en septiembre de ese mismo año y la plaza adquirió el nombre de Plaza de la Constitución", recalca la investigación.
Años más tarde, un decreto de Antonio López de Santa Anna ordenó demoler "El Parián", un mercado inaugurado en 1703, cuya popularidad desbordó el comercio a avenidas aledañas. Lo que hoy en día son las calles de Madero, 5 de febrero y Pino Suárez
"La decisión no fue bien acogida por los comerciantes, pero sus quejas y representaciones no bastaron para hacer desistir a Santa Anna", reporta la investigación de Alejandro Moreno, Gonzálo Díaz, Ruben Arrollo y Ricardo Castellanos.
¿Por qué le dicen Zócalo al centro de CDMX?
El decreto en cuestión dictó comenzar a construir un Monumento a la Independencia justo al centro de la plaza. El arquitecto a cargo fue Lorenzo de Hidalga, quien se quedó con el proyecto por un "dedazo" del presidente. (Inicialmente había quedado a cargo Enrique Griffon, ganador de un concurso convocado por la Academia San Carlos)
El 16 de septiembre de 1843 se colocó la primer piedra del Zócalo. La columna se levantaría donde hoy ondea la bandera mexicana, pero el primer ladrillo del monumento fue una caja de mármol que contenía "el decreto que ordenó la construcción del monumento; el Diario del Gobierno del día 15 de septiembre, en el que se contenía el programa de la solemnidad; un calendario de 1843; dos medallas troqueladas para esta ocasión, las cuales una era de plata y la otra de cobre; y, por último, tres monedas acuñadas en la Casa de Moneda, una de oro, una de plata y una de cobre".
Esta caja fue colocada en el punto más profundo de los cimientos, donde se supone que se erigiría la columna de la Independencia. Pedro García Conde y Joaquín Rangel estuvieron a cargo de la obra, pero en 1844 entregaron su último reporte, dejando la obra inconclusa con solo el basamento o zócalo expuesto ante la población.
El abandono de la obra hizo que el zócalo se usara de diferentes maneras durante los siguientes años. Un reporte arqueológico que se hizo del lugar en 1983 señaló que el basamento tenía una profundidad de 40 centímentros y 35 metros de diámetro.
La construcción desapareció de la vista pública hasta que en 2017, los trabajos de rehabilitación de la Plaza de la Constitución encontraron vestigios de una plataforma circular de 8 metros de diámetro a 6 metros del hasta bandera.De acuerdo con Moreno, Díaz, Arrollo y Castellanos:
"El elemento había sido afectado en 1999 durante la cimentación de la actual asta bandera, por lo que el espacio se hallaba rellenado con tepetate"
Aunque el basamento dejó de ser parte de la plancha, los ciudadanos reconocieron el espacio como "El Zócalo" capitalino, un nombre que hasta la fecha se reconoce como un símbolo inherente de la Ciudad de México.