¿Alguna vez te has preguntado a dónde va tu gato cuando sale? En México, las familias adoptan no nada más gatos y perros, también otros animales que con el paso de los años son muy cercanos.
Sin embargo, una de las mascotas domésticas que es muy independiente y gusta a muchos es el gato, pues no nada más las personas lo ven como una mascota, sino también como una inspiración, como lo hizo con la escritora Gina Jaramillo y la ilustradora Valeria Gallo, con el libro “El Guardián de los quesos” (Grijalbo).
Las diversas formas de hacer familia
La historia transcurre entre la vida de Moni y Vivi, dos hermanites que tienen un gato, llamado Tigre, pero un día deciden seguirlo y saber qué es lo que hace fuera de casa.
Aunque una de las sorpresas que descubren, es que es amigo de todo el barrio. Cada familia lo acepta y de ellos recibe amor y cariño, elementos necesarios para el cuidado de una familia.
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En “El guardián de los quesos” uno se va a dar cuenta de que la familia es lo más importante, pues ya hay diferentes tipos y cada uno los elige.
El homenaje a la hermandad
El libro tiene una historia que atrapa la atención de los menores, pero en su trasfondo está el tema de la hermandad, donde considera Gina que se habla muy poco y más en la infancia, “el homenaje al vínculo de hermanes”.
En segunda instancia están los cuidados, al ser este un tema de la agenda feminista de este 2023 “y en cada ilustración está plasmado este tema que no solamente es importante en México”.
Como tercera es la población de personas adultas, animales de compañía e infancias, en donde se puede ver como “estas tres poblaciones son las que continuamente nos dan un mensaje importante dentro de la historia, ¿qué está pasando con ellos?”
La historia ya la tenía en su imaginación desde hace muchos años, pero gracias a editores y a la misma ilustradora que es Valeria se logró el cometido, pues el equipo obtuvo la historia de este guardián “que es la historia de muchísimas familias que tienen gatos vagos o quesos”, menciona.
Al referirse de que “hay tantas familias como quesos”, explica Gina que es una metáfora porque “son lugares conocides para todes, al igual que la variedad de quesos”.
La inspiración de los personajes está en sus hijes y su propia hermandad, ahora que es mamá “me reconozco en esta infancia que estoy criando con momentos que fueron míos, en algún momento con mi hermano, mi mejor amigo y ahora que soy mamá y veo a mis hijites digo: qué bonito es ese vínculo”.
Hice el comentario a Gina que es muy bueno que empiecen a escribir libros con esta perspectiva de género, en donde ha sido muy criticado el colocar una “e”, pero que esto detonó al asesinato de el magistrade Ociel Baena.
“Para mí es una tragedia con lo que paso con el magistrade y justamente desde las colectivas de todas las iniciativas decíamos: una E no mata a nadie, el odio sí, y para mí es muy importante tener esas conversaciones en la primera infancia, abrir las posibilidades del lenguaje. El lenguaje se transforma, no puede estar estático”.
Y más si se habla de esa “e” que es reconocer a todas las personas que se identifiquen, porque se debe reconocer a todas las personas y en especial a las no binarias.
La experiencia de estar en contacto con muchos talleres y con infancias ayudó mucho en la creación de la historia, lo cual hizo que el amor, respeto, empatía y de eso va el libro, “sin el juicio que, más adelante, desde el adultocentrismo, ejercemos con tanta autoridad y es algo que no pasa en las infancias”.
Al día de hoy, los niños son el presente, es mejor “no dejar para el futuro lo que podemos hacer hoy”, finalizó.