¿Eres feliz? Muchas personas no saben qué contestar con respecto a esta pregunta y mientras unos dudan, otros buscan respuestas a través de su vida.
Y a pesar de que las personas pueden encontrar un tanto ambigua esta pregunta, Andrés Oppenheimer también dudó de este tema, pero en su libro “¡Cómo salir del pozo!”, descubrió que hay países de los cuales están dedicados a encontrar dicha felicidad y lo toman muy en serio.
La importancia de tener felicidad
Algunos consideran que la felicidad depende de la situación que viva la persona, pero para sorpresa de muchos es un tema que llega a ser de interés científico.
En el libro resuelve inconvenientes de cómo es que la felicidad puede intervenir hasta en la economía de un país, porque refleja no nada más el sentir de la persona, sino de una comunidad que se siente bien consigo misma.
Te podría interesar
Un ejemplo de ello son los países escandinavos, que cada año siempre se posicionan en los primeros lugares, lo cual hace que el argentino cuestione cómo es que la población que vive en la parte más fría del planeta pueda ser la más feliz del mundo.
También explica la situación de la felicidad en América Latina, pues muchos de estos países llegan a colocarse en lugares muy bajos, el cual eso afecta hasta en su economía.
La ciencia de la felicidad no es algo descabellado, incluso, los países de Europa tienen espacios de personas que trabajen la felicidad en escuelas u oficinas, donde se puede ver que un hombre de política hacer ejercicio junto a otros ciudadanos sin temer a nada, solo a ser feliz.
¡Cómo salir del pozo!
El galardonado periodista y escritor argentino Andrés Oppenheimer aborda el tema de la felicidad con un rigor, porque a pesar de que muchos digan que la felicidad puede ser ambigua, él investigó a especialistas de los países que son los más felices para dar con el resultado que es este libro.
De acuerdo con la conversación que tuvo con Radio Fórmula, Oppenheimer señala que si le hubieran mencionado el tema de la felicidad hace 15 años, confesó que se habría reído.
“Me parece totalmente ajeno a lo que hago y lo que siempre he hecho. He sido un periodista que ha escrito de política, economía, educación, tecnología, pero fíjate que este tema de la felicidad me interesó en los últimos años porque noto que la gente en todo el mundo tiene más carros, tabletas, televisores y cada vez más infeliz”.
Señala Oppenheimer que la Encuesta Mundial Gallup menciona que de los países que realizan este estudio “la gente cada vez está más infeliz, incluso en los países que más crecen”.
Aunque el motivo por el cual empezó a interesarse al tema de la felicidad fue 6 años atrás, con las revueltas populares en Chile, Perú, Colombia, la Primavera Árabe.
“Todos estos países crecían y reducían la pobreza más que ningún otro, Chile venía creciendo su economía y redujo su pobreza más que cualquier otro país latinoamericano y sin embargo, en el 2018 -2019 todos los chilenos salieron a la calle a protestar”, comenta.
Pero algo que llega a preocupar, ante el tema de la felicidad, es que en un futuro las personas utilicen la tecnología para este sentimiento, lo cual señala el autor, que es “tecno-optimista”.
“Yo creo que la tecnología, a la larga, nos hace más felices y cuando los pesimistas lo cuestionan digo: a ver ¿qué prefieres haber nacido ahora o hace 200 años?”.
Cómo ejemplo ante esta pregunta cuenta que si una persona tiene una caries ¿qué preferiría, ir hoy o hace 200 años? “La tecnología nos ha mejorado la calidad de vida, pero nos hemos aislado, solitarios, distantes y tenemos que recobrar las relaciones comunitarias para impulsar nuestro optimismo”.
Esto hace que muchos países están adoptando este tema porque “se está convirtiendo en un tema que le llaman ciencia de la felicidad”.
México está en la posición número 36 de los países más felices del mundo, pero hay una clave crucial que Oppenheimer señala y que es el crecimiento económico.
“Un país con gente pobre no puede ser muy feliz. Para aumentar la felicidad tu tienes que aumentar el crecimiento económico porque reduce la pobreza y esta reducción aumenta la felicidad, junto con eso se pueden adoptar muchas políticas públicas para aumentar la felicidad”, finalizó.