Un obús en el corazón, texto autobiográfico de Wajdi Mouawad le permite al espectador adentrarse en los miedos, la violencia y la fragilidad de la infancia; temas, vivencias e imágenes de guerra que la directora mexicana Rebeca Trejo ha llevado al escenario del Teatro Santa Catarina, donde el público aún puede verla hasta el 20 de noviembre de este año.
Esta producción de Teatro UNAM y la compañía Dorado 70 narra el recorrido físico y mental del personaje Wahab, quien presencia diversas situaciones traumáticas, entre las que destacan un episodio de extrema violencia, la muerte de su madre en el hospital, al que llega tras recibir una llamada telefónica anunciándole que es hora de despedirse.
La infancia de Wahab al igual que la de Mouawad está marcada por la violencia, sobreviviendo en su país de origen, un Líbano en plena guerra civil, donde a sus siete años, le toca presenciar un ataque de un grupo paramilitar a un autobús de civiles, que termina en el asesinato e incineración de personas inocentes. Esto cambia su infancia de juegos y esperanza por un constante enfrentamiento a la violenta realidad en su estado más puro.
Posteriormente, Wahab y su madre son exiliados, primero se van a Francia y luego a Canadá, en donde a sus 14 años de nueva cuenta enfrenta una situación difícil que lo hace huir de su casa al no reconocer a su madre, quien ha cambiado en todo sentido porque el cáncer que padece la transforma a su vista, de una mujer con rostro ovalado, ojos redondos y cabello bonito, a una mujer pálida, delgada y con cabello rubio.
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Rebeca Trejo explica que ese hecho afectó de sobremanera a Wahab, que materializó en un personaje al que nombra la “mujer de extremidades de madera”, la cual es como su monstruo y está presente durante toda su vida a través de sonidos, dudas y miedos.
“El autor tiene una frase muy bonita que dice ‘La infancia es un cuchillo clavado en la garganta, no se saca fácilmente’, es una metáfora de que no se puede sacar porque se atora y si insistimos en sacarlo eso nos llevaría a desangrarnos.
Así, todo lo que sucede en la infancia se queda enterrado en el corazón y nos determina como seres humanos y, en el mejor de los casos, nos ayuda, pero las infancias son sensibles y ciertas situaciones se alojan en otro lugar”.
Para la directora, esta obra representa el trayecto físico que hace el personaje de su departamento al hospital, al cuarto en donde muere su mamá y sale. Es un recorrido en los recuerdos, en la memoria, él indaga en qué momento comenzó esta historia y cuándo terminó: si comenzó cuando se entera de que su mamá tenía cáncer o empezó el día que vio al autobús incendiarse. La pieza también se trata de un recorrido mental para liberar esos fantasmas.
Propuesta escénica
Rebeca Trejo, quien desde hace 10 años ha tenido un acercamiento con el autor e incluso ha montado sus obras como actriz y productora, y por primera vez como directora, expone que le interesó profundizar en los momentos internos del personaje, momentos oníricos y momentos de realidad que lo llevaron a confrontarse con su propia existencia, por lo que se trata de un montaje sensible, hondo y lúdico, pero que mantiene el humor que el texto de Wajdi, traducido por Raquel Urióstegui, sugiere.
Las funciones en el Teatro Santa Catarina (Jardín Santa Catarina 10, Coyoacán) en temporada podrán verse hasta el 20 de noviembre: los jueves y viernes a las 20 horas; sábado a las 19 horas y domingo a las 18 horas.
Los boletos tienen un costo de $150, con 50 porciento de descuento a alumnos, maestros, exalumnos de la UNAM e INAPAM. Los Jueves Puma el precio es de $30 pesos. Para más información consultar: www.teatrounam.com.mx.