Todos recuerdan el momento en que Marilyn Monroe cantó “Happy Birthday, Mr. President” al entonces mandatario de Estados Unidos, John F. Kennedy, un evento que quedó inmortalizado para la televisión y en el imaginario colectivo del mundo…
Pero también quedó documentado en los archivos oficiales de la Casa Blanca como “Viaje a New York City: Madison Square Garden. Felicitación de cumpleaños al Presidente Kennedy 8:50 pm”.
Oficiales de la Casa Blanca documentaron este evento con archivos fotográficos, donde no sólo aparece la “Rubia que todos quieren”, sino otros integrantes de la farándula de ese tiempo, según información de la base de datos Museo y Librería Presidencial "John F. Kennedy".
La fiesta de cumpleaños de John F. Kennedy se llevó a cabo el 19 de mayo de 1962, tras una visita “relámpago” a la ciudad de New York, en el Madison Square Garden, donde estuvo acompañado de más de 15 mil personas.
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Donde artistas de renombre como Maria Callas, Ella Fitzgerald, Harry Belafonte, Shirley MacLaine, Jimmy Durante y Jack Benny formaron parte del espectáculo que amenizó la noche.
Pero, sin duda, el momento más recordado fue cuando Marilyn Monroe, con su inconfundible sensualidad, subió al escenario para felicitar al presidente.
La presentación de Marilyn Monroe se convirtió rápidamente en un momento icónico, no sólo por su interpretación, sino también por su vestido ceñido de cristales que parecía fundirse con su piel (Ese que Kim Kardashian usó en la Met Gala del 2022).
La imagen de Marilyn susurrando la canción al presidente bajo las luces del Madison Square Garden quedó grabada como una de las escenas más representativas del glamour de la década de los 60.
Recaudación de fondos para el Partido Demócrata
Este evento, aunque recordado principalmente por su carácter festivo, tuvo un propósito político más profundo, pues el homenaje a Kennedy en el Madison Square Garden sirvió como una recaudación de fondos para el Partido Demócrata.
A lo largo de su mandato, Kennedy demostró ser un líder carismático y, el evento de su cumpleaños, fue una muestra más de su habilidad para mezclar política y espectáculo.
Y es que, aunque el festejo número 45 de John F. Kennedy fue celebrado en New York, oficialmente su cumpleaños sería diez días después, el 29 de mayo.
Esta visita relámpago a la ciudad también incluyó su participación en la inauguración de las Casas Cooperativas de Penn Station South, un proyecto clave de renovación urbana en Manhattan.
Además, Kennedy asistió a un mitin en el Madison Square Garden, donde abordó la necesidad de una mejor atención médica para los adultos mayores, tema relevante en su agenda política.
Sin embargo, el evento social no terminó en el Madison Square Garden. Después del espectáculo, el presidente Kennedy se dirigió a una fiesta privada en la residencia de Arthur y Mathilde Krim, donde se tomaron algunas de las fotos más célebres de la noche.
Una de las imágenes más conocidas muestra al presidente junto a Marilyn Monroe y el asesor presidencial Arthur Schlesinger, una instantánea que ha trascendido como parte del mito que rodea a este emblemático cumpleaños.
Días después, Arthur Schlesinger, asistente especial de Kennedy, compartió con el presidente un artículo publicado en “The Village Voice” que analizaba el impacto mediático del evento.
En él, se destacaba cómo la participación de Monroe había dado al homenaje una repercusión única, trascendiendo el ámbito político para convertirse en un fenómeno de la cultura popular.
Aunque la relación entre el mundo del entretenimiento y la política no era nueva, el cumpleaños de Kennedy marcó un hito, pues fue un claro ejemplo de cómo la Casa Blanca podía aprovechar la fama de las celebridades para captar la atención del público y, al mismo tiempo, movilizar recursos y apoyo político.
Los archivos oficiales del Museo y Librería Presidencial “John F. Kennedy” preservan estos momentos con detalle, desde los documentos que registran los itinerarios oficiales del presidente hasta las fotografías que capturan la esencia de una era.
Estos archivos nos recuerdan el glamour y la fascinación que rodeaba a Kennedy, pero también cómo los eventos políticos y sociales estaban profundamente entrelazados en la década de los 60.