Un helicóptero se escuchó volar en el cielo fronterizo la tarde del domingo 4 de agosto, como si se tratara de la “batiseñal” para los que viven en Ciudad Juárez, Chihuahua de que “algo pasó”.
Ese día, una riña se desató entre varios de los reclusos del área 2 del Centro de Reinserción Social 3 (CERESO), donde al menos siete personas resultaron heridas, cuatro de ellas de gravedad.
La versión oficial es que una de las razones por las que inició la discusión entre los internos es la sobrepoblación que existe en el penal fronterizo, pues tiene una capacidad para 2 mil 800 personas y actualmente habitan 4 mil 174, declaró Gilberto Loya Chávez, titular de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal de Chihuahua.
Ante esto, el lunes 5 de agosto, durante un operativo de seguridad, 76 personas fueron trasladadas a otros penales del estado y decomisaron varios objetos prohibidos
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Entre ellos, tres cuadros de la Santa Muerte, símbolo de devoción para algunos internos que buscan protección dentro del penal.
Culto a la Santa Muerte
Imaginemos lo que podría contar uno de esos cuadros:
“Soy una imagen de la Santa Muerte. Pertenecí a Miguel, quien me colgó en su celda como un símbolo de protección. Cada noche, Miguel rezaba frente a mí, pidiendo seguridad en medio de la tensión constante”.
Este hipotético relato, aunque ficticio, refleja la realidad de muchos reclusos que recurren a cultos no autorizados en busca de consuelo.
Lo cierto es que, a pesar de que la Santa Muerte tiene miles de creyentes en varios países de América Latina, en México ha ido en ascenso, pues se estima que hay unos 12 millones de adeptos desde el 2001.
Felipe Gaytán Alcalá, investigador de la Universidad La Salle México, señala que los creyentes la adoptaron, pues son conscientes de las amenazas del entorno, y “buscan refugio en un culto que les provee una supuesta seguridad en el presente (aquí y ahora) y desplaza el futuro como un horizonte lejano”.
La Santa Muerte en Ciudad Juárez
Ciudad Juárez, Chihuahua no sería la excepción, pues a pesar de que el 79 por ciento de la población es católica o protestante, en la localidad existen por lo menos 10 templos destinados a rendirle culto, de los cuales cuatro se pueden encontrar en el buscador de Google.
Sin embargo, aun cuando la fe es libre de profesar para los civiles en esta frontera, no es así dentro de los penales en el estado de Chihuahua, ya que los internos tienen prohibido tener objetos relacionados con la Santa Muerte.
Jorge Armendáriz, vocero de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal en Chihuahua, explicó que sólo se permiten religiones reguladas por el Gobierno Federal, como el catolicismo y el cristianismo.
Esto con el fin de asegurar la convivencia pacífica de los reclusos que cumplen condena por delitos cometidos, mientras que los cultos sectarios, como el de la Santa Muerte y otras, no están autorizados.
Mencionó que en diferentes operativos han decomisado cuadros, dijes y fotografías de la Santa Muerte, pero también han encontrado imágenes de Jesús Malverde, considerado el “Santo de los Narcos”.
Y, en una ocasión, se decomisó la fotografía de Joaquín Guzmán Loera, conocido como “El Chapo”, utilizada como si fuera una figura icónica o incluso una figura religiosa por algunos reclusos.