La leyenda de la 'Apache Blanca de Papihochi' es una historia de amor familiar que trasciende en el tiempo, aun cuando se desconoce con exactitud sus detalles, quedando como registro de la misma solamente los testimonios de aquellos que la vieron.
La misma sucede, se dice, entre los años de 1700 y de 1750, a cercanías del poblado de Basúchil.
En aquel entonces los asentamientos indígenas conocidos como Apaches, formaban fuerzas de pelea contra el gobierno debido a su constante persecución para desterrarlos.
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Muchas historias trágicas en el pasado, una de ellas sería, por ejemplo, la de la Ley de Cabelleras, cuando se le pagaba a "cazadores" para que mataran Apaches y entregaran sus cabelleras al gobierno a cambio de dinero, aunque esto fue en 1849.
La represión de estos grupos fue larga.
Sin embargo, esta historia rescata el lado humano del intercambio cultural que se dio entre los pobladores chihuahuenses antecesores.
¿Quién era la Apache Blanca?
No existen registros acerca de la identidad real de esta mujer, pero se sabe, que fue robada de sus padres por parte de los Apaches cuando era una niña.
Historiadores han relatado que las mujeres usualmente eran robadas, a veces ultrajadas, y asesinadas, pero también hay registros de casos especiales en los que las mismas fueron adoptadas por estas comunidades.
Se dice que la Leyenda de la Apache Blanca nació una vez que un grupo de vaqueros se encontraba en busca de reses extraviadas cerca de Tomochi.
Durante su andanza llegaron a un arroyo, y al estar ahí notaron a unas mujeres Apache bañándose en el caudal. La visión les resulto hipnotizante toda vez que una de ellas, era de piel blanca, a diferencia de sus compañeras de piel morena.
Tras observar a la mujer, más de cerca, recordaron que hacía cerca de 7 años una niña había sido raptada por un grupo de Apaches, en un rancho muy cercano, y fue así como explicaron la verdadera identidad de este personaje.
Los hombres recordaron el padecer de su familia, y decidieron que lo mejor era "rescatarla" y llevarla de regreso a sus padres, a quienes conocían.
La Apache Blanca empezó a llorar y suplicar que no la alejaran de su gente, pero la ignoraron, así que procedieron a trasladarla de regreso a la casa de donde la habían robado.
Su familia la recibió con mucha alegría y amor, pues creían que la niña habría muerto. Fue tanto su agradecimiento y felicidad que realizaron festejos y ceremonias religiosas.
Pero la Apache Blanca no estaba feliz, ella estaba preocupada porque tenía dos hijos esperándola con su familia Apache.
Con los días ella desmejoró, no quería comer, la depresión la consumía, y cuando tuvo una oportunidad se escapó de su casa en busca de su tribu, en dónde también la esperaba su esposo.
Tras ello, sus padres la entendieron y decidieron dejarla en paz con su decisión.
Tiempo después, y en varias oportunidades, las personas aseguraron haberla visto en los campos, acompañada con su otra familia, y quien la veía la reconocía como "La Apache Blanca".